sábado, 11 de julio de 2009

32) Baríndano. Arte civil.



Baríndano.
Vista general desde el norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Baríndano.
Restaurante-bar "Casa Faustina".
(Foto de Jesús Díaz).

Baríndano.
Casa de la población. Escudo de los Iriarte.
(Foto de Jesús Díaz).
. BARÍNDANO. ARQUITECTURA PÚBLICA Y PRIVADA E INGENIERIA CIVIL.
. 1) ARQUITECTURA PÚBLICA.
a) Concejo.
b) Marquesina-parada del autobús.
2) ARQUITECTURA PRIVADA.
a) Restaurante-bar "Casa-Faustina".
b) Caserío y Heráldica.
3) INGENIERIA CIVIL.
a) Frontón.
b) Fuente y Lavadero.
. 1) ARQUITECTURA PÚBLICA.
. a) Concejo.


Baríndano.
Concejo.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen superior el pequeño edificio del Concejo de Baríndano, población perteneciente al valle de Améscoa Baja, valle que se compone de ocho pueblos. Améscoa Baja tiene administrativamente un único ayuntamiento ubicado en Zudaire, a diferencia del valle hermano de Améscoa Alta cuyos tres pueblos disponen de ayuntamiento propio. El edificio que apreciamos en la imagen se compone de dos plantas y ático, estructuración visible en la fachada noreste, aunque la fachada principal que observamos en la foto nos muestra una construcción que aparentemente tiene una sola planta. El edificio se cubre con teja a dos aguas y sus muros se muestran revocados y pintados de blanco. Como elemento decorativo exhibe dinteles y algunos sillares simulados mediante mortero granulado. Su puerta principal adintelada se sitúa de forma descentrada en la fachada sureste y está flanqueada por tres ventanas también adinteladas. Se accede al edificio mediante una pequeña escalinata de cuatro escalones escoltada por dos barandillas de rejería. En la fachada noreste la casa muestra pequeñas ventanas rectangulares y en su planta inferior una portada con un gran dintel monolítico y sillares en las jambas . Un banco de madera se adosa al muro de la fachada principal a la sombra de unos árboles plataneros. A ambos lados de la puerta se sitúan un tablón de anuncios y el buzón de correos. Al fondo percibimos la cresta rocosa blanquecina de la Sierra de Limitaciones.
. b) Marquesina-parada del autobús.
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Baríndano.
Marquesina-parada del autobús.
(Foto de Jesús Díaz).

Al igual que ocurre en otras poblaciones del valle amescoano se sitúa una parada del autobús comarcal en el entorno de acceso al pueblo, en el lugar conocido como "Venta de Baríndano". Está protegida por una marquesina realizada en obra de albañilería y carpintería. El pequeño edificio es similar a los existentes en Zudaire o Eulate. Se compone de tres muros ciegos de piedra a la vista y una cubierta de viguería y tablado de madera que soporta teja a una sola vertiente; la fachada de acceso está totalmente abierta. Un banco se adosa a los pies del muro de fondo. Un pivote cilíndrico decorativo e informativo, blanco rojo y gris, se halla al exterior con la leyenda BUS y el escudo de la Comunidad Foral de Navarra.
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2) ARQUITECTURA PRIVADA
. a) Restaurante-bar "Casa Faustina".
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Baríndano.
Restaurante-bar "Casa Faustina". Fachada principal.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en esta imagen la fachada principal del Restaurante-bar "Casa Faustina". Es un edificio de dos plantas y un pequeño ático visible en el hastial de la fachada lateral. Sus vanos, tanto puertas como ventanas, son adintelados, se cubre con teja a dos aguas, y sus muros están revocados y pintados de un suave tono ocre pastel. En algún esquinal muestra parcialmente la cadena de sillares. La planta del edificio es rectangular y en su fachada principal se adosa un cuerpo de entrada cúbico de menor altura.
El Restaurante Casa Faustina ofrece una comida casera de mucha calidad y muy apreciada por sus clientes. Tiene un Menú diario con seis primeros y seis segundos platos a elegir. Asimismo ofrece un menú degustación. La repostería es elaborada por el propio Restaurante. La reserva debe hacerse con antelación por la alta demanda que este restaurante tiene. Un panel informativo en el cruce de la "Venta de Baríndano" nos indica su situación mediante una flecha. .
Baríndano.
Restaurante-bar "Casa Faustina". Fachada principal.
(Foto de Jesús Díaz).

Al hermoso aspecto de la casa contribuyen sin duda la verde vegetación y las flores en torno al acceso. Vemos la parra exuberante y vigorosa que asciende ansiosa por los muros del pequeño cuerpo de entrada hasta las ventanas superiores y el tejado a una vertiente , el pequeño seto esculpido, las adelfas de flores rosáceas y los geranios floridos.
Baríndano.
Restaurante-bar "Casa Faustina". Fachada principal. Portada.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen de arriba la hermosa puerta de acceso al edificio. Es una puerta al estilo tradicional amescoano, realizada en dos hojas de madera, una de ellas con ventanillo, y clavos de gran cabeza dispuestos linealmente para ensamblaje del recio tablado y como elemento decorativo. No falta, como es habitual y costumbre ancestral en Améscoa, el "eguzkilore" o "flor del sol" como elemento ornamental y protector de la casa, con evidente objetivo apotropaico. Los dinteles y jambas se componen de maderos de una sola pieza que otorgan una gran belleza a la portada, belleza que se intensifica con el panel superior, también de madera, que porta la leyenda "Restaurante Bar Casa Faustina" con caracteres tallados mediante trazos sinuosos en relieve positivo. Este panel apea en dos pequeñas ménsulas lígneas. Tiene un atractivo evidente el contraste cromático y volumétrico que ofrecen los diversos elementos de la fachada, vegetales, maderas, piedra, etc.
. b) Caserío y Heráldica.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

En el centro del pueblo, próxima a la iglesia de San Millán y al frontón, se halla la casa que vemos en la imagen superior. Tiene planta rectangular, tres pisos, vanos adintelados, muros de piedra a la vista y cubierta de teja a dos aguas. La fachada principal presenta en su integridad buenos sillares bien cortados y escuadrados, más cuidados y grandes en los esquinales y en los enmarques de vanos. Como es habitual en la técnica constructiva tradicional amescoana las ventanas son rectangulares y de pequeño tamaño. En la fachada sureste se adosan al edificio dos cuerpos constructivos; uno de ellos tiene planta cilíndrica, está cubierto con teja y seguramente es el horno individual para cocción del pan que tenían las casas amescoanas para uso particular y de los que se conservan varios en el valle; el otro cuerpo constructivo muestra planta rectangular y esquinas redondeadas y posiblemente corresponde a un depósito de agua o aljibe...


Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la fachada principal de la casa anterior con su sólida composición de sillares. Las dos puertas del edificio son adinteladas y han sido reformadas, no son las originales, al menos en su integridad. Las ventanas rectangulares y verticales van decreciendo de tamaño conforme ascendemos en altura; las correspondientes a la tercera planta son las más pequeñas y las de la planta intermedia son ligeramente más pequeñas que las de la planta-calle.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).
Apreciamos en esta imagen el muro este de la casa anterior. Vemos con nitidez los dos cuerpos adosados, horno y aljibe, y el diminuto tamaño de las ventanas, cuasi perdidas en la inmensidad pétrea de la fachada. A diferencia de la fachada principal de la casa, en la fachada que ahora visualizamos predomina el sillarejo, salvo en las esquinas y enmarques de vanos.
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Baríndano.
Casa de la población. Horno.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta imagen el horno ultra semicircular adosado a la fachada este. Por su composición pétrea de sillarejo, similar al de la fachada a la que se adosa, parece, en principio, coetáneo de la propia construcción inicial del edificio. Sin embargo su cuerpo se superpone parcialmente al enmarque de sillares de una de las ventanas, lo cual puede ser indicio de que el horno se construyó con posterioridad a la casa. El hecho de destacar el horno en planta , el hecho de exteriorizarlo, puede ser debido a diferentes razones, se gana espacio interior, en caso de incendio quizás puede se controlado más fácilmente y sus efectos no son tan graves, en invierno sigue contribuyendo con su calor a templar el interior del edificio y en verano deriva parte del calor al exterior del edificio sin afectar de forma significativa a la fresca temperatura interior. En Artaza y en Eulate existen también ejemplos de hornos exteriores.
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Baríndano.
Casa de la población. Fachada norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Volvemos a ver la fachada norte de la misma casa anterior observada desde la plaza del concejo. Llama la atención el pequeño tamaño de sus vanos dispersos, de forma más o menos regular, por el amplio mural pétreo. No es extraño puesto que la norte es la orientación más fría y desapacible desde el punto de vista climatológico, especialmente en invierno. En este caso las ventanas más pequeñas corresponden a la planta intermedia.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Adosada a la casa analizada anteriormente, cuya fachada vemos en acelerado escorzo al fondo de la imagen, se halla la casa que observamos en primer término. Se cubre con teja a dos aguas, aunque las vertientes son desiguales, muestra sillarejo en las dos caras que vemos y sillares bien trabajados en las esquinas y en algún enmarque de vano. Obsérvense dos detalles que no pasan desapercibidos; por una lado la cadena vertical de sillares en el centro de la fachada que nos indica que en ella terminaba la casa de la izquierda de la imagen, posteriormente parece que se adosó a ese edificio estrecho y elevado la casa de la derecha de la imagen, conformando hoy en día un edificio único; por otro lado destaca una elegante ventana adintelada en la casa de la izquierda, hoy tapiada, que muestra un enmarque de buenos sillares y una repisa moldurada. Además hay que señalar que el edificio de la izquierda, el que consideramos probablemente más antiguo, muestra en la fachada que da a la plaza del concejo una buena sillería que puede apreciarse no en la foto que ahora analizamos sino en la anterior, en la parte derecha de la misma; se aprecia un leve retranqueo con respecto a la casa del horno y curiosamente no muestra portada alguna, aunque si vanos adintelados de pequeño tamaño.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en la imagen la casa anterior. Destaca en su fachada suroeste una gran portada adintelada con buenos sillares en las jambas. Pero el dintel podría considerarse un arco arquitrabado o adintelado ( que aparentemente parece una contradicción si asociamos arco con curvatura y no con una forma técnica de soporte de empujes), y puede considerarse un arco adintelado puesto que se compone de dos grandes sillares prismáticos que descansan sobre las jambas y tres dovelas en forma de cuña trapezoidal en el centro, todos ellos perfectamente encajados para aguante y transmisión de fuerzas y empujes.
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Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en esta imagen una de las callejuelas de la población que confluye en la plaza del concejo. A la izquierda apreciamos la casa con el horno exterior cilíndrico que hemos analizado y al fondo vemos el modesto edificio del concejo de Baríndano. A la derecha apreciamos una casa de sólida arquitectura.


Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


La casa que vemos en la imagen superior, incluida en la foto anterior, se halla en las proximidades de la plaza del concejo. Se estructura en dos plantas más ático, tiene tejado a dos vertientes, muros revocados, exhibe sillares desnudos en algún vano y en el esquinal inferior y simula sillares mediante mortero en relieve en otros vanos y en el esquinal superior . Las ventanas son pequeñas y adinteladas. La portada principal muestra un dintel de piedra. Varios rosales, una planta tropical y una parra de verde intenso conceden un aspecto risueño y agradable al entorno del edificio.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


La casa cuya fachada principal vemos en la imagen se ubica cerca de la plaza del Concejo. Como otras muchas casas que hemos analizado en Améscoa presenta una fachada simétrica, regular, con dos pisos y ático, cubierta a dos aguas con teja, y muros revocados y pintados de blanco salvo las zonas de enmarques de vanos y los esquinales. La portada de esta casa muestra un dintel monolítico y sobre ella sobresale un balcón con antepecho de rejería. Los vanos del ático son diminutos. En el entorno del edificio, además de varios rosales, vemos algunos árboles de frondas tupidas que proporcionan frescura en época estival. También apreciamos un pequeño monumento a modo de sobrio y discreto obelisco de escasa altura, compuesto de piedras naturales de formas caprichosas unidas con cemento. Esta escultura por adición apea en un basamento circular que apenas resalta respecto al suelo. Al fondo justo vislumbramos el restaurante-bar "Casa Faustina".
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en la imagen superior la fachada de una casa de Baríndano realizada según una técnica constructiva tradicional que hemos visto en otras casas amescoanas que aún se conservan. Consiste en la estructuración mural mediante maderos colocados en posición horizontal y vertical ( en este caso concreto no apreciamos maderos en diagonal), completando los paramentos murales con piedra sillarejo. Tres de las ventanas han sido enmarcadas con sillares destacados. El muro muestra su piedra al desnudo cogida con cal y arena o cemento y son perfectamente visibles los grandes maderos de estructuración. El edificio se cubre con teja.
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Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta imagen una de las calles de la población caracterizada, como es tan habitual en las pequeñas localidades, por su irregularidad y por quedar delimitado su espacio por la ubicación un tanto azarosa y libre de las diferentes casas individuales, sean exentas o adosadas. Este sistema de ordenación urbanística genera más que calles propiamente dichas espacios aleatorios de distribución de viviendas y vías urbanas y callejuelas de corto y variable recorrido.
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Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en la imagen una de las callejuelas de la población delimitada lateralmente por casas de dos plantas y ático revocadas y blanqueadas, que abocan al paseante a un paisaje natural de intensa belleza, se trata del monte de Lóquiz, cadena montañosa que protege el valle por el sur, al igual que la Sierra de Limitaciones y la gran meseta de Urbasa lo hace por el norte.
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Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos nuevamente la callejuela anterior pero situados en la misma en una posición más avanzada. Los rosales, parras, geranios y otras plantas que observamos a los pies de la casa de la derecha nos aproximan y nos incitan a disfrutar visual y anímicamente de la naturaleza virgen que se nos ofrece en las colinas y laderas de Lóquiz. Al fondo apreciamos, como culminación en el extremo este de la inmensa cadena montañosa, el pico de San Cosme y San Damián.
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Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Otra de las callejuelas de la localidad, próxima a la anterior, nos aboca de forma semejante a las faldas de profusa vegetación y arbolado de la cadena montañosa de Lóquiz. A la izquierda de la imagen observamos unas casas adosadas revocadas y blanqueadas, de tres pisos y cubiertas de teja, que delimitan la calle y guían al transeúnte hacia el Paraíso del fondo. En la casa que apreciamos en primer término destacan la portada principal que muestra un gran dintel monolítico y sillares de calidad en sus jambas, y una ventana situada sobre ella con grandes sillares de enmarque y una elegante repisa moldurada. Un balcón moderno recorre la fachada en la planta superior.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

En la parte sur de la población otro edificio de hechura humilde y tradicional mira a las colinas y barrancos de Lóquiz. Es bellísimo el rincón conformado en su entorno adornado con rosales floridos, pequeños setos, parras que abrazan los muros de la casa, nogales y otros árboles, y de fondo el omnipresente monte de Lóquiz besando el cielo azul. La casa de planta rectangular, muros de sillarejo y tejado a dos aguas, muestra una portada con dintel rebajado de piedra y arreglos laterales de ladrillo.
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Baríndano.
Calle de acceso a la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen dos casas adosadas situadas en las proximidades del frontón. Muestran diferente volumetría, a modo de madre e hija, y ambas gozan de las caricias de las verdes frondas de Lóquiz; parecen mirar con cierta distancia y presunción al resto del pueblo. Están cubiertas con tejado a dos aguas. La de mayor tamaño tiene dos plantas y ático, ventanas adinteladas y una portada descentrada en la planta intermedia a la que se accede, por el desnivel del terreno, directamente desde la calle por una pasarela-puentecillo. La casa pequeña se ubica de forma transversal a la anterior, enseñándonos su hastial noreste. Ambas tienen sus muros revocados y blanqueados y se decoran, como es bastante habitual en esta población, con esquinales y enmarques de vanos simulados mediante mortero en relieve de color ocre. El embrujo de este rincón de Baríndano es indiscutible.
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Baríndano.
Calle de acceso a la población.
(Foto de Jesús Díaz).


En la foto superior observamos la vía de acceso al centro de la población desde la carretera comarcal hasta la plaza del concejo, edificio cuyo extremo este apenas vemos a la izquierda de la imagen. A la derecha observamos una casa compuesta de sótano, planta-calle y ático, de trazado rectangular, cubierta con teja a dos vertientes y muros revocados y pintados de blanco salvo los esquinales y algún enmarque de ventana. Los vanos son rectangulares, adintelados y en general de pequeño tamaño. Dos chimeneas estilizadas de ladrillo atenúan levemente la horizontalidad del edificio. Grandes rosales trepadores ascienden por los muros de la casa hasta el alero desde los jardincillos de obra situados a los pies del edificio. Al fondo apreciamos los campos en el entorno de Zudaire y la sierra de Limitaciones.
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Baríndano.
Calle de acceso a la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la imagen de arriba la misma foto anterior con un ligero cambio de perspectiva visual. El pavimento de las calles de la localidad al igual que ocurre en otras poblaciones amescoanas se compone de hormigón dispuesto en dos vertientes laterales inclinadas que confluyen en un canal central longitudinal, construido mediante placas prefabricadas, que recoge las aguas de lluvia..


Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta imagen una de las calles de la localidad. En primer plano apreciamos un edificio tradicional de planta cuadrangular, tejado a dos aguas y paredes de piedra a la vista. Los esquinales muestran buenos sillares. Bajo el hastial vemos un ventanal con puerta de madera de dos hojas que se utilizaba como acceso al pajar, y a veces al granero, situados en el ático, bien en las propias casas-vivienda o en bordes anexos de uso agropecuario.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en la foto una casa de moderna construcción de una sola planta, con tejado a dos aguas y con muros de ladrillo recubiertos de piedra ornamental. Tiene ventanas verticales y apaisadas con contraventanas de madera. El acceso a la vivienda se realiza a través de un pórtico interior abierto. Una chimenea de lajas de piedra da un aire más altanero al pequeño edificio. Al fondo vemos el verde característico de la sierra de Limitaciones y de los campos y prados próximos a Zudaire, alguna de cuyas casas se aprecia en la lejanía.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta foto la casa anterior vista desde el oeste. El hastial de esta fachada se decora con dos maderos colocados en V. Un murete de piedra de escasa altura delimita parcialmente el espacio de la casa y el jardincillo de su entorno cubierto de césped y adornado con bonitos rosales de coloridas flores, plantas de hojas verdes, y algún arbolillo de aspecto cuidado.
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Baríndano.
Plaza de la Iglesia.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta fotografía la plazuela existente frente a la iglesia parroquial de San Millán. En primer término apreciamos el monolito escultórico dedicado al beato Faustino Pérez García, natural de Baríndano y que murió en Barbastro en 1936 a consecuencia de la guerra civil española. Al fondo observamos una casa exenta que destaca por su verticalidad, compuesta por tres plantas, cubierta con teja a dos aguas y con sus muros revocados y pintados de blanco. En último plano vemos los verdes campos y prados amescoanos, en las cercanías de Zudaire, y la Sierra de Limitaciones que se alza orgullosa con su corona plateada acariciando el cielo azul.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la imagen una de las casas de la población de Baríndano, de planta rectangular, tejados a dos aguas, muros revocados y pintados de blanco, simulando mediante revoque en relieve de color gris-azulado, zócalos, sillares en las esquinas y en los enmarques de vanos. Tiene dos plantas y la puerta principal adintelada está protegida por un tejadillo en voladizo a dos aguas sobre soportes de madera que apean en diagonal en la pared sobre pequeñas ménsulas. Sobre el dintel de las dos ventanas gemelas que se abren sobre la portada consta la leyenda AÑO 1955 en dos líneas superpuestas con caracteres en relieve positivo. A la izquierda de la foto vemos un cuerpo adosado e integrado en la casa con planta baja con ventanas y terraza superior con barandilla de construcción de albañilería consistente en calados repetitivos entre pivotes o pedestales verticales. La profusa vegetación de la fachada principal y de su entorno confiere al edificio un encanto especial, apréciense adelfas, rosales, macetas variadas, parras, setos esculpidos, etc.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

En el centro de la población se halla también la casa barroca que vemos en esta imagen. Tiene planta cuadrangular, dos pisos y ático, cubierta de teja a cuatro vertientes, muros revocados y pintados de blanco salvo los enmarques de los vanos y las cadenas angulares que presentan buenos sillares a la vista. Destaca en su fachada sur un gran escudo barroco situado entre la planta intermedia y el ático. Corresponde según leyenda inscrita en la parte inferior del mismo a los YRIARTES.
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Baríndano.
Casa de la población. Blasón barroco de los YRIARTES.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la foto superior el escudo barroco de los YRIARTES. Como corresponde a la época barroca los escudos son de gran tamaño y relieve, voluminosos, ampulosos en su decoración y se colocan en la parte elevada de la fachada principal, a diferencia de los escudos medievales que normalmente son de pequeño tamaño, de poco relieve y se colocan en las dovelas claves de los arcos de las portadas, o en sus dinteles.
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Baríndano.
Casa de la población. Escudo de los YRIARTES.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto superior el escudo de los YRIARTES sobre un mascarón inferior, entre leones laterales inferiores y trofeos superiores y con yelmo por timbre. Una leyenda inscrita en la parte inferior de la piedra reza YRI ARTES, leyenda que se halla colocada flanqueando al mascarón inferior. El campo del blasón muestra un árbol arrancado y un jabalí pasante entre panelas, como se indica en el Catálogo Monumental de Navarra II*. Merindad de Estella, pp. 134-135, dirigido por María Concepción García Gaínza y publicado en 1982 por el Gobierno de Navarra. En el Catálogo Monumental no se mencionan las panelas, que si son visibles actualmente, y se menciona sin embargo una orla de aspas, que hoy en día no son apreciables. En Zudaire, en la parte alta de la población, existe una casa con un escudo neoclásico de este linaje luciendo en su fachada principal; es muy parecido al que ahora estudiamos salvo que carece de leones y tiene la leyenda ARMAS DE LOS YRIARTES inscrita en la orla del propio escudo.
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Baríndano.
Casa de la población. Escudo barroco de los YRIARTES. Detalle.
(Foto de Jesús Díaz).
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Baríndano.
Casa de la población. Escudo de los YRIARTES. Detalle.
(Foto de Jesús Díaz).
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Baríndano.
Rincón de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta foto una bella y sugerente imagen de una feraz y pródiga huerta de la población con plantas de alubias verdes, pimientos, higueras, manzanos, huerta que se sitúa en la parte posterior de la casa que vemos al fondo. Como de costumbre la sierra de Limitaciones se yergue altiva a lo lejos con su verde colorido en disputa celosa con el cristalino cielo azul.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Junto a la fuente y el lavadero de Baríndano se localiza la casa de construcción moderna que vemos en la imagen. Tiene planta cuadrangular, se cubre con teja a dos vertientes, sus muros se recubren con piedra y los vanos tienen maderos como dinteles. Se estructura en sótano, planta intermedia y planta superior. En el sótano se localiza el garaje de la vivienda y posiblemente un txoco o almacén. En la planta intermedia se ubica la puerta de entrada principal del edificio a la que se accede por unas breves escaleras que culminan en un gran porche que abarca la fachada sur, parcialmente, y la fachada oeste. El porche abierto, en diálogo con el entorno, está protegido mediante un tejado a una sola vertiente soportado por zapatas y pilares de madera que apean sobre pequeños pedestales de piedra. A la derecha de la portada vemos un cuerpo cúbico, cubierto con teja a una vertiente, adosado al edificio principal y de menor altura, pues solo tiene dos plantas. En torno a la casa, y especialmente frente a la fachada principal, se despliega una zona ajardinada con césped, seto, algún arbolillo y un pequeño cubierto exento, construido con ladrillo y protegido con tejadillo a una vertiente. La casa parece disponer también de un huertecillo en la parte posterior y laterales con algunos frutales y otros árboles de exuberante fronda. En la fachada sur, sobre el tejadillo del porche, destaca una placa pétrea con dos escudos modernos colocados en diagonal; sobre ellos se observa un yelmo con penacho y bajo ellos una cartela sinuosa. Al fondo vemos verdes prados y campos, la población de Zudaire, capital de Améscoa Baja, y la sierra de Limitaciones atisbándose apenas el circo rocoso del Nacedero del Urederra en la parte derecha de la foto.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


La casa que vemos en la imagen se halla también en las proximidades de la fuente y el lavadero públicos. Se trata de una casa tradicional amescoana rehabilitada. Tiene planta rectangular, muros de sillarejo con sillares en las esquinas y en algunos vanos. La casa se cubre con teja a cuatro vertientes. Los vanos, incluida la puerta de entrada, tienen maderos como dinteles. Un jardincillo cuidado con gusto y mimo alegra el entorno de la fachada principal.
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Baríndano.
Carretera de acceso al centro de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la imagen superior la estrecha carretera que deriva de la comarcal y permite el acceso al centro de la población de Baríndano y la salida desde el mismo. La flanquean huertos diversos fértiles y fecundos. Al fondo vemos los campos, la capital de Améscoa Baja, Zudaire, y la sierra de Limitaciones.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Bajando desde el centro de la población hacia el cruce de la carretera comarcal nos encontramos a la izquierda de la vía la casa de moderna construcción que vemos en la foto. Es una edificio de volumetría cúbica, con tejado a cuatro vertientes y dos plantas. En una de las esquinas, perforada en forma de ángulo diedro, se abre en la planta inferior la puerta de acceso en arco rebajado y en la parte superior se despliega una amplia terraza delimitada por una balaustrada de madera y protegida por el tejado que la cubre por completo. Un amplio jardín cubierto de césped y con varios árboles rodea la vivienda.
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Baríndano.
Vista de Zudaire desde Baríndano.
(Foto de Jesús Díaz).


Desde la parte norte de Baríndano se aprecian en todo su esplendor los campos próximos y la localidad de Zudaire. No solo la carretera comarcal permite la comunicación de las dos poblaciones, sino también el camino de parcelaria que vemos serpentear en la foto. al fondo vemos la sierra de Limitaciones y el arco pétreo del Nacedero del Urederra. A la izquierda de la imagen, en medio de los campos casi llegamos a ver la frondosidad vegetal que casi oculta la ermita de San Cristóbal, próxima a Zudaire pero dentro del término concejil de Baríndano. San Cristóbal fue la principal cofradía de Améscoa Baja ( al igual que la Virgen Blanca, por ejemplo, lo fue en Larraona). Es lamentable la situación actual en la que se encuentra, prácticamente en ruinas y abandonada a su suerte. Puede suponer, si no se actúa con prontitud y responsabilidad, una pérdida de la memoria colectiva amescoana, una pérdida de nuestra propia historia que no deberíamos permitir; seríamos una vergüenza para las generaciones futuras.
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Baríndano.
Calle de la población en la parte baja.
(Foto de Jesús Díaz).


En las inmediaciones del cruce de la carretera comarcal, sin ascender al centro de la población, se despliega la parte baja de la localidad de Baríndano en la zona conocida como "Venta de Baríndano". En la imagen vemos una de las calles relativamente regular y de trazado bastante rectilíneo delimitada por diferentes casas exentas y adosadas.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la foto superior una de las casas exentas del barrio bajo de Baríndano. Es de planta rectangular, tiene cubierta de teja a dos aguas, muros de sillarejo con sillares en la cadenas angulares y dinteles de madera.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Quizás la casa más llamativa y señorial del barrio bajo de Baríndano es la que vemos en esta imagen. Conserva el sabor tradicional de las construcciones civiles amescoanas. Tiene planta rectangular, tejado a dos vertientes, dos plantas y ático, muros de piedra recubiertos con cal y arena, blanqueado con cal blanca en las paredes y también con cal azulada aun perceptible en alguna ventana, vanos con dinteles de madera. Son visibles los grandes sillares de los ángulos del edificio por estar parcialmente al descubierto. Sobre la portada principal, que se cierra con la característica puerta de madera de dos hojas con ventanillo y clavos de gran cabeza, se abre un balcón, quizás producto de una reforma posterior, con escaso voladizo y antepecho de rejería. En el ático y también en el eje vertical que cae desde el vértice del hastial se abre otro balcón pero con antepecho de rejería interior, sin repisa salediza. Una de las características más notables de esta casa es que numerosos enmarques de vanos, no solo los dinteles, son de madera, aspecto que apenas hemos visto en otras casas de Améscoa. Un banco de albañilería se sitúa a un lado de la portada junto a una pequeña barrera metálica que permite el acceso a la huerta de la casa donde apenas vislumbramos algún arbolillo de frondosa copa, rosales, flores y plantas diversas. Al fondo vemos las montañas de pródiga vegetación y arbolado y el inmenso cielo azul , ambos en tertulia eterna, unas veces amigable y otras tormentosa y celosa.
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Baríndano.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la foto otra de las calles irregulares de la población con varias casas y árboles en ubicación dispersa. Desde la casa que percibimos al fondo se accede por una calle empinada a la parte alta de la población de Baríndano y al centro de la población que hemos analizado anteriormente.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Apreciamos en esta imagen una casa de planta rectangular, tres pisos y ático, muros revocados y pintados en su integridad, cubierta de teja a dos aguas y numerosos vanos adintelados. Destaca en su fachada sur una gran terraza delimitada por balaustrada de construcción que apea en pilotes; bajo ella se abre una de las puertas de la vivienda flanqueada por numerosas sillas , bancos y macetas floridas, en un espacio protegido que se ha adaptado para disfrute y ocio en tiempo apacible. Al fondo se observa el Nacedero del Urederra.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Ascendiendo desde el barrio bajo a la parte alta de la población alcanzamos la casa que vemos parcialmente en esta imagen. Es un edificio moderno, de pequeño tamaño, con volúmenes y formas no convencionales en el valle. Está revocado y pintado de blanco y muestra varios maderos a la vista integrados en los muros, escaleras, puertas, aleros, etc. Un gran jardín con césped, rosales, flores variadas, frondosos árboles e incluso una gran tinaja quebrada de cerámica partida horizontalmente por la mitad adornan el exterior de la vivienda que se yergue modesta sobre una loma.
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Baríndano.
Calle y casas de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la imagen una calle de la población con varias casas modernas de reciente construcción situadas, exentas, de forma alineada en la parte más elevada de la localidad. Continuando por esta calle se llega al centro de la población, plaza del Concejo, iglesia parroquial de San Millán, etc.
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Baríndano.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


Apreciamos en esta foto otra de las casas modernas situada en el barrio alto de la población. Tiene una planta calle y ático, es de planta rectangular, muestra tejado a dos vertientes, sus muros están revocados y pintados y sus vanos son adintelados. En la fachada sur exhibe, adosado al edificio principal, un gran porche de escasa altura, con cubierta de teja a dos aguas que apea en trozos murales y pilares de madera sobre pequeños pedestales pétreos. Se cierra lateralmente mediante muretes de ladrillo, ventanas y grandes cristaleras. La fachada sur está totalmente abierta y en su hastial vemos una estructura poderosa de madera dispuesta de forma triangular que soporta la cubierta. Una verja metálica cierra el recinto del porche. Los vanos muestran fuertes maderos como dinteles. Los elementos de madera tratados con barnices de tonalidad oscura constrastan estéticamente de forma visualmente agradable con los blancos muros. Dos chimeneas se alzan sobre el tejado del edificio principal y otra más, espigada y con cubierta piramidal, se yergue sobre el tejado del porche, lo cual indica que en su interior probablemente hay dispuesto un asador rústico.
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3) INGENIERIA CIVIL.
- a) Frontón.
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Baríndano.
Frontón.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en la foto de arriba el frontón de Baríndano. Al igual que el de Larraona y el de Artaza consta únicamente de pared frontal, careciendo de pared izquierda ( como sí tienen por ejemplo los frontones cubiertos de Eulate, San Martín, Zudaire y Baquedano) o de pared derecha ( como tiene el frontón de Aranarache y parcialmente el de Ecala). La pared frontal consiste en un grueso muro de piedra con sillares al menos en los extremos y con enfoscado y pulido en la cara útil de juego. El muro conforme ascendemos en altura va disminuyendo su grosor por la parte trasera por tramos sucesivos en retranqueo progresivo. El pavimento de tonalidad rojiza es de hormigón fratasado. El frontis carece de chapa horizontal inferior como suele ser habitual y su finalidad ha sido sustituida mediante un retranqueo sin enfoscar de la parte correspondiente a la franja horizontal inferior; es sabido que si la pelota golpea en esa zona la jugada es "mala". Para disminuir la pérdida de pelotas por errores de los jugadores se ha añadido al muro pétreo dos franjas de alambrada, una superior y otra lateral izquierda, según observa el espectador. Flanquea al campo de juego unas zonas de césped, un murete de escasa altura en la parte izquierda y una zona de hormigón con jardineras de ornamento en la parte derecha. Al campo de juego de pelota se le ha dado otras utilidades polideportivas pintando una portería con trazado negro en la pared frontal, lo cual permite jugar al fútbol o al balonmano, y colocando de forma transversal dos canastas, lo cual permite jugar al baloncesto. El entorno del frontón es paradisíaco, casas aisladas tradicionales amescoanas, árboles de gran envergadura y copas frondosas, y la inmensidad verde de la sierra de Limitaciones al fondo.
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Baríndano.
Frontón.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en esta imagen la pared del frontón vista desde su parte posterior. Es visible el escalonamiento y el retranqueo del muro en cuatro niveles. La pared se muestra revocada pero sin la lisura y el pulido de la cara principal de juego. A la derecha de la imagen observamos parcialmente la casa con el horno exterior cilíndrico que hemos analizado al inicio de este trabajo.
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Baríndano.
Frontón.
(Foto de Jesús Díaz).


En la foto superior apreciamos el frontón desde la plazuela próxima en la que luce una sobria escultura que hemos considerado anteriormente. Vemos como la pared frontal va disminuyendo en grosor conforme ascendemos en altura. En lontananza apenas atisbamos el monte de Lóquiz con tonalidad azulada por efecto de la perspectiva aérea.


b) Fuente y Lavadero.
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Baríndano.
Fuente y lavadero públicos. Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en esta foto una vista general de la fuente y el lavadero desde el sur. A la derecha vemos la fuente, a la izquierda el lavadero y entre ambos vemos, colocada transversalmente, la pila o abrevadero que los comunica. Al fondo observamos una casa moderna, exenta, que hemos analizado anteriormente, la población de Zudaire y la sierra de Limitaciones.
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Baríndano.
Fuente y lavadero públicos. Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).


La suave inclinación del terreno en que se asientan la fuente y el lavadero propicia el flujo del agua a través de la pila. En esta foto se aprecia con claridad la colocación longitudinal y paralela de fuente y lavadero y la colocación transversal de la pila-abrevadero.
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Baríndano.
Fuente y lavadero públicos. Vista general desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).


Baríndano.
Fuente pública.
(Foto de Jesús Díaz).


La fuente que vemos en la imagen es una construcción pétrea de planta rectangular y cubierta en forma aparentemente de bóveda de medio cañón pero que en realidad es una cubierta a dos vertientes. Su cara principal, la sur, que culmina en arco de medio punto moldurado y en saledizo, se compone de buenos sillares de piedra y está flanqueada por dos torrecillas adosadas frontalmente, de sección cuadrada y buena sillería, que culminan en una cubierta de piedra maciza piramidal. Sobre el arco moldurado en voladizao se sitúa a modo de acrótera otra pirámide con bola sobre un breve pedestal prismático.
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Baríndano.
Fuente pública.
(Foto de Jesús Díaz).


La fuente tiene dos caños en la parte inferior de la cara principal y vierten el agua a una pileta de sillarejo que descansa a sus pies. El caño de la derecha, según mira el espectador, muestra una elegante moldura circular ornamental. El de la izquierda ha sido moldurado también de forma similar aunque de forma ruda y tosca, sin la calidad que muestra su compañero. Sobre los caños, en el espacio que contiene una imagen santa protegida mediante un panel translúcido.
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Baríndano.
Fuente pública y abrevadero.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta imagen la fuente pública vista desde el oeste. Apreciamos la cubierta a dos aguas, el arco de medio punto de la cabecera de la fuente y la pirámide con bola sobre él, así como las dos torres laterales coronadas también con pirámides. En primer plano observamos la pila-abrevadero compuesta por grandes sillares verticales unidos unos con otros. El agua de la fuente surte también el abrevadero e indirectamente el lavadero.
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Baríndano.
Fuente pública. Vista desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).


En esta imagen vemos la fuente por su parte posterior, compuesta probablemente por sillarejo revocado de forma rústica. Una cinta horizontal en resalte recorre los laterales superiores del cuerpo de la fuente en el inicio de la cubierta.


Baríndano.
Fuente pública. Vista posterior desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta foto cómo la cubierta del cuerpo prismático de la fuente es a dos vertientes aunque no se corona en forma angular sino redondeado. Dos pequeños vanos adintelados abiertos en la cara norte permiten comprobar la funcionalidad de la fuente y subsanar posibles problemas de flujo del agua. Un banco de madera se ha adosado al muro oeste de la fuente en un espacio ajardinado vestido de césped verde. Otra pileta pequeña se sitúa a los pies del cuerpo de la fuente, al lado del abrevadero.
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Baríndano.
Fuente pública. Imagen.
(Foto de Jesús Díaz).


Aunque no se aprecia con claridad debido al vapor de agua acumulado en el panel translúcido la imagen de la hornacina parece una figura de San José con el Niño Jesús, ambos erguidos.
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Baríndano.
Fuente pública. Detalle de los caños.
(Foto de Jesús Díaz).


Observamos en la foto superior un detalle de los caños de la fuente y de la pequeña pila situada a sus pies. Vemos la bella decoración circular del caño de la derecha y el intento poco afortunado de ornamentar de forma similar el caño de la izquierda.
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Baríndano.
Lavadero público. Vista exterior.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en la foto de arriba el lavadero público de Baríndano. Al igual que muchos otros lavaderos amescoanos consiste básicamente en un pequeño edificio de tres muros de piedra ciegos con la fachada principal de acceso totalmente abierta. La construcción tiene cubierta de madera y teja a dos vertientes. Los muros son de sillarejo mostrando sillares bien elaborados en las esquinas.
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Baríndano.
Lavadero público. Vista del interior.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos en esta bella imagen el interior del lavadero. Es sorprendente la potente cubierta de madera, viguería y tablado, que se ha usado para un edificio de tamaño tan pequeño. El lavadero propiamente dicho, de forma rectangular, se adosa interiormente al muro este y al norte, dejando los dos laterales restantes útiles para el lavado. Años atrás, cuando no existían lavadoras ni agua corriente en las viviendas individuales, las mujeres acudían al lavadero público para lavar las ropas de la casa, portaban sus ropas sucias, sus barreños, baldes y demás útiles de limpieza y realizaban el lavado de forma pública y simultánea con otras mujeres de la población, una forma más, aunque obligada e ineludible, de socialización mediante el trabajo, como ocurría también con otros trabajos, espigueo, deshojar el maíz, tranquiar el lino, etc. Como observamos en la imagen, el lavadero presentaba planos inclinados, lisos y bien pulidos en su parte superior interior para facilitar el trabajo de lavado, restregado y aclarado. El agua del lavadero se renovaba continuamente puesto que entraba desde la pila- abrevadero y salía por el desagüe superior, manteniéndose siempre el mismo nivel. Adosado al muro oeste vemos un banco de albañilería que servía para sentarse y descansar y para colocar los diversos útiles de lavado.
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Baríndano.
Lavadero público. Vista del interior.
(Foto de Jesús Díaz).


Apreciamos en esta imagen los grandes sillares que delimitaban la pila del lavadero. Al fondo vemos una pequeña pileta que recibía el agua desde la pila-abrevadero y la derramaba en la gran pila del lavadero. Obsérvese el espejo cristalino de agua que reverbera tímidamente la luz exterior.
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Baríndano.
Lavadero público. Vista del interior.
(Foto de Jesús Díaz).


Vemos nuevamente una imagen del interior del lavadero con la espléndida cubierta de madera. En primer término apreciamos la pileta receptora del agua del abrevadero exterior, que luego la vaciaba en la gran pila del lavadero. Esta pequeña pila no es habitual en otros lavaderos del valle.

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