sábado, 11 de julio de 2009

14) Améscoa. San Martín. Arte civil.


San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Vista general desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Casa de la población.
Escudo.
(Foto de Jesús Díaz).
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SAN MARTIN, ARQUITECTURA CIVIL PRIVADA Y PUBLICA.
INGENIERIA CIVIL, FUENTES Y LAVADERO.

1) ARQUITECTURA CIVIL PRIVADA Y PUBLICA.

Al igual que en el resto de Améscoa se conservan en la población de San Martín varias casas dignas de consideración por su historia, antiguedad, blasones, y belleza sean de finales de la Edad Media, de época renacentista, barrocas o de periodos posteriores. Incluiremos en este recorrido visual varias de ellas sin pretender ser exhaustivos.
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Vista general desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Próxima a la iglesia por su lado norte se halla la fortaleza o casa-torre de San Martín levantada en piedra sillar a principios del siglo XV y que sirvió además de vivienda como elemento defensivo no solo de la población sino del valle amescoano en su conjunto. Fue la casa palacio de los Baquedano, estirpe de abolengo en Améscoa. Se conserva la torre de planta rectangular con tres cuerpos macizos. Varios de los vanos adintelados actuales son modernos pero en su cara oeste conserva un matacán sobre dos modillones de rollos, o una atalaya vigía. Tiene una pequeña ventana rectangular en su parte central superior. El torreón estaba rodeado por una muralla de sillarejo que tenía a su vez cuatro torreoncillos cilíndricos. Se conserva algún resto de la muralla y una puerta adintelada de la misma con el blasón de los Baquedano (tres fajas paralelas), con la fecha de 1539.
San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Vista general desde el noreste. Al fondo la iglesia parroquial de San Martín de Tours.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Fachada este. Detalle superior con ventanas adinteladas modernas.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Vista general desde el noroeste. La fortaleza se halla próxima a la iglesia que probablemente tuvo también alguna función defensiva, dadas las ventanas saeteras, con derrame interior, que se observan en la cara norte de la torre-campanario y dada la proximidad con la torre de los Baquedano. Quizás formaron ambas construcciones un conjunto defensivo integrado.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Fachada oeste. Detalle del matacán o de la atalaya vigía. Este elemento está localizado de forma racional en el oeste, puesto que desde ese punto cardinal provenían las amenazas y los ataques castellanos. Contrasta era ya una villa del reino de Castilla al mando de los señores de Lazcano en el siglo XV, convirtiéndose Larraona con su iglesia defensiva, y quizás una fortaleza adicional, en la primera línea de contención del empuje castellano, situación que no se modificará hasta el año 1512 en que las tropas de Fernando el Católico conquistan Navarra, y el Valle de Arana alavés y las dos Améscoas pasan a formar parte del mismo reino.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Portada de medio punto.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen una portada de medio punto de grandes dovelas bien cortadas y escuadradas junto al lado este de la torre-palacio.
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Restos de torreón cilíndrico. vista general.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen los vestigios, transformados, de un torreón semicilíndrico construido en sillarejo y correspondiente a la pequeña muralla que rodeaba la torre principal del palacio-fortaleza. El amurallamiento dispondía de cuatro torreones. A la izquierda de la imagen, esto es al oeste del torreón, vemos una portada sencilla adintelada con el escudo de las tres fajas de los Baquedano, en uno de los lienzos de la muralla.
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Restos de torreón cilíndrico. Ventana saetera.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen a la izquierda la portada adintelada con el escudo de los Baquedano y a la derecha vemos parcialmente el torreón semicilíndrico con una ventana saetera baja con óculo central.
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Portada en la muralla.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen la portada adintelada de la muralla, con un escudo de los Baquedano en el propio dintel monoítico de la cabecera.
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San Martín. Torre-palacio de los Baquedano.
Portada en muralla . Detalle del dintel con escudo de los Baquedano.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la foto un detalle del escudo de los Baquedano, mostrando las tres fajas en relieve características de este linaje, tallado en el propio dintel monolítico de la puerta.
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San Martín.
Vista al noreste desde la torre-palacio de los Baquedano. El caserío se desparrama de forma un tanto caótica al norte de la iglesia de San Martín de Tours y de la torre-palacio de los Baquedano.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen una casa de la población de planta rectangular, dos plantas con vanos adintelados y cubrición mediante teja a dos aguas. Se sitúa al noreste de la fuente pública y del lavadero, delimitando una plazoleta próxima a la carretera comarcal. Muestra sus muros enfoscados y sus vanos están enmarcados mediante un pintado sinuoso caprichoso, al igual que los esquinales de la construcción. Su tejado se recorta sobre el verde de la aldaya y sobre el cielo azul.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos la misma casa anterior pero esta vez observada desde el norte, recortándose su silueta sobre el propio caserío de la localidad y sobre el monte de Lóquiz. Por la fachada norte la casa dispone de un acceso mediante prolongada escalinata pétrea.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).
La hermosa casa del siglo XVI y de marcada horizontalidad que vemos se halla situada en la plazoleta de la fuente pública y del lavadero flanqueándola por el lado noroeste. Tiene dos plantas con vanos adintelados y ático con pequeñas ventanas bajo el alero. Las ventanas muestran contraventanas enrejilladas de madera contrastando el color marrón oscuro de las mismas con el sillarejo de color claro y unido mediante cemento blanqueado, de los muros, con el cielo azul y grisáceo, con el verde apenas vislumbrado de la aldaya y de la cornisa de la sierra de Limitaciones, y con el breve, pero frondoso jardín, que luce ante la fachada principal.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen la misma casa de la foto anterior pero vista desde el noreste.
Apréciese su tejado de cubrición a dos aguas y los vanos adintelados de pequeño tamaño que se abren en la fría fachada del norte, fachada en la que quedan vestigios de su estructuración mediante maderos horizontales y verticales incrustados en el muro de piedra que otorga flexibilidad a la construcción.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada este. Detalle de los escudos sobre la portada adintelada.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la foto el dintel monolítico de la portada principal de la casa analizada anteriormente. En él se observa un escudo liso que culmina en dos cruces laterales y en un círculo central que simula su cuelgue sobre el propio dintel. Encima y bajo la ventana adintelada del primer piso vemos otro escudo del siglo XVI con las armas de los García de Eulate, dos lobos pasantes con cenefa de ocho aspas.

San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada este. Detalle de escudo liso sobre el dintel
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada este. Detalle del blasón del siglo XVI de los Eulate.
(Foto de Jesús Díaz).
El escudo conserva bien el relieve de los dos lobos y de las aspas de la cenefa exterior, no habiendo sufrido gran deterioro por la erosión y el transcurso del tiempo. Los lobos muestran un perfilado y un detalle de sus rasgos atractivos en su simplicidad.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada este. Alero.
(Foto de Jesús Díaz).
La casa que venimos analizando en las imágenes anteriores conserva un doble alero sobre ménsulas talladas en madera que muestra también como ornamento un doble sogueado longitudinal de bella visualidad y dos frisos lineales de motivos geométricos repetidos apenas perceptibles.
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San Martín. Caserío.
Callejuela de la población.
(Foto de Jesús Díaz).
La belleza de los volúmenes constructivos aparentemente desordenados, y de las diversas líneas quebradas de tejados, aleros, esquinales, vanos y cañerías, conceden a la imagen un encanto particular.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Próxima a la carretera comarcal y al frontón, que vemos al fondo, se halla la casa de la imagen cuyas fachadas norte y oeste vemos. Tiene tres plantas con vanos adintelados y ático con una línea de ventanitas rectangulares, y se cubre mediante tejado a dos vertientes. Predomina en el edificio la verticalidad aunque atemperada por las hileras horizontales de vanos. Los muros revocados y blanqueados dejan ver únicamente los sillares de los esquinales y el dintel y sillares de la portada principal.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada oeste. Detalle de la portada principal.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos la portada principal adintelada del edificio anterior que muestra en su dintel un escudo con las tres fajas de los Baquedano.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada oeste. Portada principal. Detalle del escudo.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen el escudo de la casa que acabamos de analizar. Muestra las tres fajas de los Baquedano y dos volutas en sus ángulos superiores a modo de bordura de cartelas de cueros retorcidos. Un personaje erguido, situado tras él, lo sostiene con sus manos. Se considera un escudo de 1589 correspondiente a los Ochoa de Baquedano.

San Martín. Caserío.
Casa de la fachada principal oeste.
(Foto de Jesús Díaz).
La casa de la imagen ofrece un aspecto robusto y regular. Dispone de dos plantas más ático con vanos rectangulares adintelados salvo la portada que muestra arco de medio punto ligeramente apuntado, con marcaje de grandes dovelas. en la dovela clave se observa un escudo liso.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada oeste. Portada.
(Foto de Jesús Díaz).
Corresponde la cabecera de esta portada a la casa descrita anteriormente. En la dovela clave se aprecia en relieve un escudo liso en relieve positivo.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada oeste. Portada. Escudo.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Caserío.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos una calle de la población de trazado irregular y sabor rural que asciende hacia las faldas de la aldaya.
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San Martín. Caserío.
Casas de la población vistas desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).
Las casas muestran un perfil de fachada angular, acomodándose al trazado de la calle. Ambas tienen tres plantas. Una de ellas exhibe su fachada recovada y pintada de blanco y la otra muestra su sillarejo con delimitación obsesiva mediante cemento y blanqueado. Ambas se hablan de tu a tu y se disputan celosas las miradas del paseante ávido de belleza.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos una de las casas correspondiente a la imagen anterior. Muestra la belleza de la sencillez, tres plantas de vanos rectangulares, un adorno esmerado de variadas macetas luciendo verdes pinos y geranios de rojo intenso, una planta principal con contraventanas de madera decoradas con lauburus perforados, y una placa incrustada en la pared que nos recuerda que ahí nació el Padre Alfonso (Cleto Arana Goicoechea), capuchino que ejerció de misionero en China durante 16 años, y que murió joven, a los 41 años, en 1948 como comprobamos en la imagen de detalle que insertamos a continuación.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada este. Detalle de placa conmemorativa.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Caserío.
Calle de la población vista desde el norte.
(Foto de Jesús Díaz).
Nuevamente observamos una de las calles de trazado azaroso que desciende hacia la carretera comarcal. Muchas de las calles de estas poblaciones rurales quedan delimitadas por la construcción de las viviendas. No se hace previamente el trazado de la vía pública y posteriormente se construye, de forma ordenada, ajustándose de forma estricta a la misma, sino que la calle queda definida a posteriori como zona libre no ocupada por las viviendas; de ahí sus trazados irregulares que restan monotonía al urbanismo de cuadrícula, regular, ofreciendo un aspecto diverso y atractivo.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada oeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Apreciamos en la imagen una casa de neto sabor navarro, con fachada que incorpora hastial triangular y cubierta de teja a dos aguas. Las contraventanas de madera se adornan con perforaciones en forma de panelas. La planta baja muestra sillarejo a modo de zócalo, la planta superior y el ático muestran revoque blanqueado con alguna piedra desnuda diseminada al azar que rompe la monotonía blanca mural; el jardincillo, que flanquea la portada de medio punto de grandes y perfectas dovelas, confiere vitalidad y una imagen risueña de la fachada.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada oeste. Portada. Detalle del escudo.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen el escudo liso en forma de cuero recortado que se halla en la dovela clave de la portada de la casa analizada anteriormente.
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San Martín. Caserío.
Casalle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen una de las calles de la localidad, calle que discurre desde la carretera comarcal que atraviesa la población, hasta las proximidades de la aldaya. El Señor Casimiro, que amablemente actuó de Cicerone en la zona para quien está realizando este blog, contempla con arrobo y satisfacción la hermosura de su casa.
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San Martín. Caserío.
Casas de la población. Casa del Señor Casimiro y adyacente.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la foto dos casas unidas por el eje vertical del hastial que en conjunto simulan una sola construcción con tejado a dos vertientes. Ambas tienen dos plantas y ático con vanos adintelados, están revocadas y pintadas con suaves tonos pastel, muestran desnudos los sillares de los esquinales, y se alzan orgullosas saludando desde su verticalidad al paseante.
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San Martín. Caserío.
Rincón de la población. Vista hacia el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Contemplamos en la imagen un bello rincón de la población de frondosidad exuberante. Casas, árboles, jardines, huertos, monte, se integran a la perfección en una unidad diversa y seductora.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Bella casa de la localidad la que ahora contemplamos. Vemos sus fachadas tratadas de forma divergente, la oeste, blanqueada y con predominio de la verticalidad, muestra tres plantas y ático, la fachada sur exhibe su sillarejo al desnudo, consta de dos plantas y ático y en ella predomina la horizontalidad acentuada por las tres hileras de vanos rectangulares que convergen al fondo de la derecha dándole una visión perspectiva. Un contrafuerte de sección rectangular contiene el empuje de la construcción en su ángulo suroeste.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la foto la casa de la imagen anterior conformando, con otras adyacentes, uno de los más bellos y recogidos rincones de la población. Al mirarlo se tiene una especial sensación de protección y cobijo, sensación que se intensifica gracias a la vegetación que lame los muros de las casas que delimitan el espacio, la hiedra de sangre verde que abraza cariñosa la casa de la izquierda y las macetas de plantas y flores que acarician la base de la casa de la derecha.
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San Martín. Caserío.
Calle de la población vista desde el norte.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos una calle de la población que desciende parsimoniosa hacia la iglesia, atravesando en primer lugar la carretera comarcal que apreciamos en un plano medio. Al fondo el monte de Lóquiz que delimita el valle de las Améscoas por el sur.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).
Hermosa casa de planta rectangular, forma prismática y fachadas revocadas la que vemos en la imagen. Tiene dos plantas y ático y la planta principal se destaca mediante tres balconadas de rejería. Todos los vanos son rectangulares y adintelados y contribuyen con su penumbra al contraste de luces y sombras que observamos en las fachadas este y sur. El jardín que bordea la casa, siempre cuidado con diligencia y desvelo por Loli y Merche, le otorga un encanto especial. Al fondo vislumbramos la sierra de Limitaciones y en primer término la carretera comarcal que comunica el valle de las Améscoas.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Detalle del huerto aledaño.
(Foto de Jesús Díaz).
Bellísimas flores de intenso colorido y policromía en eclosión brotan risueñas en el huerto que con cariño, esmero, y delicados cuidados mantienen Loli y Merche en el entorno de su casa que hemos analizado con anterioridad.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población. Huerto-Jardín.
(Foto de Jesús Díaz).
Loli y Merche cuidan igualmente con finura y exquisitez el pequeño jardín situado al norte de la vivienda, en un rincón recogido, paradisíaco y edénico. Véase la hermosísima planta arbórea de preciosas flores violáceas que brotan con profusión de la exuberante fronda verde, y el arbolito de aspecto otoñal que recorta su atractiva silueta sobre el cielo azul.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vistosa casa de aspecto macizo la que observamos en la imagen. Muestra escasos y pequeños vanos en su fachada principal, una cubierta a dos aguas, muros revocados, pintados en tono ocre pastel, esquinales desnudos, y un gran escudo de piedra, barroco, sn su parte superior. Recorta su perfil sobre el resto del caserío del barrio sur de la población, sobre el monte de Lóquiz y sobre el cielo azul levemente tamizado por nubecillas difusas de tonalidad blanca. Al igual que hemos visto en otras casas de la población y del valle, los propietarios ponen especial ahínco en la ornamentación floral y vegetal de las vivienda.

San Martín. Caserío.
Casa de la población. Fachada norte. Detalle del escudo.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen el escudo barroco de la casa anterior realizado a principios del siglo XVIII. A diferencia de los escudos medievales los barrocos son generalmente de gran tamaño, recargados, realizados en alto-relieve y se disponen no en las claves de las portadas sino en lugar elevado y destacado de la fachada como es el caso que analizamos. El escudo se apoya sobre un mascarón inferior, a modo de "green man" de cuya boca abierta brotan retoños vegetales, está flanqueado por dos leones tenentes erguidos sobre ménsulas en forma de cabezas de angelotes, tiene por timbre un yelmo y hojas en forma de voluta. Muestra en el pedestal moldurado sobre el que se apoya la leyenda " GREGORIO RUIZ DE URRA Y LARRAMENDI". Es un escudo cortado y semipartido con el segundo también cortado, sucediéndose , como se indica en el Catálogo Monumental de Navarra", en sus varios campos, tres fajas y tres arcos superiores con la leyenda del escudo del valle de Lana, cruz sobre colina, tres fajas y un creciente entre rosetas. Como señala Luciano Lapuente Martínez (1) este escudo de la casa "Olazarán" de San Martín es el blasón del Valle de Lana, armas que todos las personas originarias del valle tenían derecho a usar en virtud de un privilegio de hidalguía colectiva que tenían. El motivo heráldico del escudo lo constituyen, en esencia, los ornamentos y epitafio de la lápida funeraria romana de la niña Minicia, fallecida a los tres años, procedente de Gastiáin (Navarra). Gregorio Ruiz de Urra fue un escribano real que se estableció y avecinó en San Martín, localidad donde se casó con María Bernarda González de Araya el 7-2-1699. La casa fue heredada por su hijo Juan Antonio, escribano como su padre, que ejerció como notario. La casa cambió de nombre al casarse su hija Magdalena Ruiz de Urra con Ignacio García de Eulate, apellido que se mudó posteriormente por el de Olazarán que ahora tiene, pues en 1787, según señala Lapuente, Magdalena García de Eulate heredera de la casa y de su patrimonio se casó con Vicente Higinio Olazarán.
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San Martín. Caserío.
Callejuela de la localidad.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen una bella callejuela de la población paralela a la carretera comarcal en las proximidades del frontón municipal y de la antigua casa concejil y farmacia. Su estrechez y su decoración floral la convierten en un rincón placentero, fascinante y sugestivo.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).
La casa que vemos en la imagen corresponde al antiguo edificio concejil y farmacia de la población. Tiene planta cuadrada, tres plantas, vanos rectangulares verticales adintelados, muros revocados simulando sillares almohadillados y un friso sobre los vanos de la planta calle con la leyenda "Concejo" y "Farmacia" en relieve. El edificio tiene cierto aire señorial como corresponde a un edificio destacado de la localidad. A ello contribuye también el pequeño jardín y los dos grandes árboles plataneros que se yerguen frenta a la fachada principal.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el sur. Detalle de la planta baja.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la foto un detalle de la planta baja del edificio analizado anteriormente. Son dignos de destacar diversos elementos, el almohadillado del muro, las puertas adinteladas, y el friso con la leyenda de "Concejo" y "Farmacia" sobre las mismas; todo ello confiere al edificio cierta solemnidad y remite a tiempos pasados más florecientes del mismo.
San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos otra de las viviendas de la población, situada junto a la carretera comarcal, de dos plantas y ático, revocada y pintada de blanco y con los esquinales y zócalo desnudos. Una parra aventurera de verde intenso recorre sus muros y muestra su acción arriesgada a las macetas que hay a sus pies que la contemplan desde su contención y humildad.
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San Martín. Caserío.
Frontón del concejo de San Martín.
(Foto de Jesús Díaz).
Dispone la población de un frontón moderno, denominado "Irurbe", susceptible de funciones y aplicaciones varias. Tiene una cubierta a dos aguas sostenida, en el lateral izquierdo, sobre una hilera de pilares y sobre el propio muro ciego de la casa colindante, en el lateral derecho, que sirve de pared izquierda. Está delimitado al exterior, por el lateral derecho, mediante un pequeño murete y una reja metálica.
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San Martín. Caserío.
Frontón del Concejo de San Martín. Detalle del escudo.
(Foto de Jesús Díaz).
El frontón que acabamos de describir tiene pintado en su pared izquierda, en la parte superior, un escudo que imita cueros retorcidos que exhibe como timbre yelmo con penachos. La iconografía representada en su interior es la escena de San Martín representado como caballero medieval montado en corcel blanco repartiendo su capa al pobre, pobre que no es otro que Cristo, según se narra en la "Leyenda Dorada" de Jacobo de la Vorágine, arzobispo dominico genovés del siglo XIII, cuya obra fue determinante en la iconografía religiosa posterior.
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San Martín. Caserío.
Frontón del Concejo de San Martín. Detalle de la placa conmemorativa de Don Luciano Lapuente Martínez.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen una placa moderna en honor y reconocimiento a don Luciano Lapuente Martínez, nacido en 1910 y fallecido en al año 2000, sacerdote en la propia localidad, hijo ilustre de la población que dedicó su vida a su ministerio sacerdotal y a la investigación antropológica, etnográfica e histórica de las Amescoas, poniendo los cimientos básicos que otros investigadores como don Balbino García de Albizu, están desarrollandodesde hace lustros con mucho esfuerzo y sacrificio.
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San Martín. Caserío.
Calle de la población vista desde el sur hacia el norte.
(Foto de Jesús Díaz).
Desde los aledaños de la iglesia parroquial y de la casa-palacio de los Baquedano se observa esta sugerente vista de la población que se extiende morosa a los pies de la aldaya y de la sierra de Limitaciones que vemos al fondo. El frontón levanta su testa rojiza sobre el resto del caserío.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
La casa moderna que ahora nos ocupa se sitúa junto al palacio-fortaleza de los Baquedano, cuya torre enhiesta corona la imagen que presentamos. Un zócalo que imita a un muro de piedra de sillarejo alberga la planta baja-garaje. La vivienda propiamente dicha se halla retranqueada en la planta superior aprovechándose el espacio de retranqueo para terraza que se delimita con una reja metálica. A continuación del muro sur que apreciamos en la imagen se halla una pequeña portada del siglo XVI que muestra un escudo de los Baquedano con las tres fajas, vestigio de la muralla con cuatro torreones que rodeaba y protegía a la torre-palacio principal de este linaje de fuerte raigambre en la historia amescoana.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en escorzo la fachada este de una de las casas situada en las proximidades de la iglesia parroquial y de la torre-fortaleza de los Baquedano. Su aspecto recio se dulcifica con las numerosas plantas y flores que la adornan. Es un edificio de dos plantas y ático de pequeñas ventanas rectangulares. La portada principal es de medio punto y se halla descentrada. La fachada este muestra la piedra al desnudo y la sur está revocada y pintada de blanco mostrando los esquinales, como es tan característico en Améscoa. Al fondo vemos la mole verde de la Aldaya y la sierra de Limitaciones.
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San Martín. Caserío.
Calle vista desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).
La calle que vemos desciende hasta las afueras de la población por su flanco sur. Al fondo destaca la hermosura de rostro verde y crestería canosa de la aldaya y de la sierra de Limitaciones. La humedad de la zona favorece esta eclosión de la naturaleza.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen otra de las hermosas casas barrocas de la localidad cubierta con teja a dos aguas. Es de mediados del siglo XVIII. Su fachada principal mira al sur y dialoga risueña con los montes de Lóquiz. Muestra tres plantas y ático, ventanas rectangulares y una amplia portada en arco de medio punto con grandes dovelas. En el tercer piso sobresale vanidoso un balcón sobre bonitas ménsulas pétreas y sobre él destaca un escudo labrado en piedra. El blasón realizado a mediados del siglo XVIII en estilo rococó exhibe las armas de los García de Eulate, dos lobos pasantes y bordura de aspas. Un alero de madera de amplio saledizo apea sobre bonitas ménsulas lígneas talladas y protege la fachada sur. Esta fachada muestra su faz de sillarejo en la mayor parte de su piel, reservando sus sillares mejor trabajados como enmarque de los vanos y perfil de los esquinales.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen la misma casa anterior vista en pronunciado escorzo forzados por la estrechez del camino que a ella conduce. Un borde de escasa altura con cubierta de tejería a una sola vertiente, muros de sillarejo y recios sillares en el esquinal, se cobija en la fachada oeste de la casa matriz. Una gran parra de insultante exuberancia se extiende sobre su portada adintelada y corre cual viajera bohemia hacia la casa principal.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en primer término el mismo borde que acabamos de describir en la imagen anterior, de amplia superficie y escasa altura. Está perforado, en su breve muro norte, mediante dos puertas con dintel de madera, situadas a distinto nivel, y se apoya en las viviendas adyacentes, la vivienda ya analizada anteriormente y otra vivienda que vemos en la imagen, anexa a la ya descrita por su parte norte. Apréciese la belleza del amplísimo tejado del borde que se escurre a una sola vertiente hasta casi lamer el suelo.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Esta casa de dos plantas, ya mencionada en la imagen anterior, muestra una belleza rural sorprendente. Predomina en ella la horizontalidad y destaca especialmente su portada con cabecera de arco adintelado, obsérvese sus amplias dovelas de piedra alineadas de forma rectilínea en su intradós mostrando su libertad de trazo en el trasdós, saludado amistosamente por la tímida parra que asciende desde el este. Destacan también los inmensos sillares que enmarcan las dos ventanas rectangulares que flanquean a la portada en la planta-calle. Parecen desproporcionados para tan pequeños vanos y ahí radica precisamente su belleza brutal.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).
Observamos en la imagen la misma casa anterior pero vista en ligero escorzo desde el este. El rojo que brota a borbotones del jardincillo situado a sus pies da un toque de suma calidez a la imagen. Es un claro ejemplo de la perfecta imbricación de la vida explosiva de la vegetación y la quietud secular de la piedra inanimada.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos una casa similar a a la anterior, situada también en la misma calle, en el barrio situado al sur de la carretera, en las proximidades de la ermita de Nuestra Señora de la Misericordia. Predomina en su composición la horizontalidad. Destacan en ella dos alféizares de ventana moldurados.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos una casa compacta, típica de la zona, de tres plantas, revocada y transformada, especialmente en su cara este en la que apreciamos una gran portada de grandes dovelas bien cortadas y escuadradas que ha sido tapiada parcialmente para abrir en ella una puerta adintelada. Es de planta cuadrada y está cubierta con teja a cuatro vertientes. Sus vanos son rectangulares.
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San Martín. Caserío.
Calle vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).
La calle que apreciamos en la imagen discurre al sur de la carretera comarcal y de la ermita de Nuestra Señora de la Misericordia, que vemos parcialmente y en acelerado escorzo en la parte izquierda de la foto. En primer plano las diversas viviendas de la zona y la ermita conforman una placita irregular de auténtico encanto rural. Al fondo se alza la torre de la iglesia parroquial como punto referencial de la localidad.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).
Junto a la carretera comarcal se alza la casa que observamos en la imagen que delimita por el sur la plaza de la fuente pública y del lavadero. Vemos en la imagen la fachada este y en escorzo la norte. Es una construcción de dos plantas y ático, revocada, esquinales de piedra sillar al desnudo, tejado a dos aguas, adornada con dos blacones de rejería. Sus portadas actuales, transformadas, son adinteladas. Un panel de azulejería contiene el nombre de la población, San Martín, y del valle, Améscoa Baja, junto al escudo de Navarra, para informar a los visitantes que se adentran en la localidad por la carretera que procede de Estella, sobrel lugar en el que se hallan.
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San Martín. Caserío.
Vista de la carretera comarcal desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).
La estrecha, humilde y sinuosa carreta comarcal que atraviesa y fragmenta la población en dos barrios discurre en dirección este-oeste, conduciendo a Estella y Salvatierra de Alava respectivamente.
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San Martín. Caserío.
Casas al norte de la carretera comarcal.
(Foto de Jesús Díaz).
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San Martín. Caserío.
Casa rural "Lazkano".
(Foto de Jesús Díaz).
Varias casas rurales han sido abiertas en los últimos años en las Améscoas ofreciendo al turista y al viajero un servicio de calidad. En San Martín, es esta casa "Lazkano" la que ofrece servicios turísticos rurales en la población. Una hermosa casa, de aspecto risueño y optimista, revocada y pintada de blanco salvo los esquinales, de planta cuadrangular, perfiles regulares aristados, dos plantas y ático, vanos rectangulares adintelados, balcón corrido en la planta noble, con contraventanas de madera, y era anexa adaptada a las necesidades y funciones de la casa rural.
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San Martín. Caserío.
Casa de la población vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).
La casa moderna de planta rectangular y tejado a cuatro aguas que apreciamos en la imagen se halla situada frente a la casa rural "Lazkano", al otro lado de la carretera comarcal. Predomina en ellla la horizontalidad, se distribuye en dos plantas de vanos rectangulares salvo la portada principal, situada en el piso superior, en la fachada norte, que muestra cabecera de medio punto. Se accede a ella mediante una escalinata que se prolonga horizontalmente en su culminación en forma de terraza por la planta principal. La casa de ladrillo está revocada y pintada y se simula de forma pródiga en todos los vanos un despiezado de sillares pintados en color gris. Un jardín de aspecto edénico situado frente a la fachada norte y una multitud de macetas y flores diversas confieren al entorno una visualidad amable, radiante y gozosa.
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2) INGENIERIA CIVIL. FUENTES PUBLICAS Y LAVADERO.


San Martín. Caserío.
Fuente pública y lavadero.
(Foto de Jesús Díaz).
Una de las más bellas plazas de San Martín es la configurada en torno a la fuente pública de la población y el lavadero anexo a ella, construcciones que se hallan en el centro de la plaza junto a la carretera comarcal.
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San Martín.
Fuente pública. Parte frontal. Vista desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).
La fuente pública modernista de San Martín es una construcción de 1913, según consta en grabado inciso en la parte superior de la misma. Tiene una forma piramidal y consta de dos escalones de acceso a la misma, por su parte frontal, un cuerpo inferior prismático formado par la pila de recepción del agua y un cuerpo superior de forma circular con dos caños por donde fluye el agua, flanqueado por dos pedestales prismáticos que soportan copas vegetales formadas por grandes hojas de acanto, y coronado por otra copa vegetal similar sobre cuerpo trapezoidal que se adorna lateralmente con dos motivos en forma de voluta. El cuerpo circular tiene por la parte posterior otro caño del que fluye agua a una pequeña pila superior que regala el agua a un gran abrevadero o pila longitudinal conectado con el lavadero.
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San Martín.
Fuente pública. Parte posterior y abrevadero vista desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos la parte posterior de la fuente pública con el caño en el cuerpo circular, la pequeña pila superior y el abrevadero longitudinal. Al fondo la carretera comarcal, una de las casas de la población que delimita la plaza por el sur, y en lontananza el monte de Lóquiz bajo un cielo plomizo que amenaza lluvia inminente.
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San Martín.
Fuente pública. Vista desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).
Bella imagen parcial de la fuente pública, con el tejado y el pilar del lavadero en primer plano, la fuente en un plano intermedio, junto a la carretera comarcal, y al fondo la casa-torre de los Baquedano y la iglesia parroquial.
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San Martín.
Casa de la población vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos nuevamente un detalle del cuerpo posterior de la fuente pública y del abrevadero. La vegetación salvaje, contenida y espontánea, surge por doquier en torno a la construcción, nutrida por la humedad que se filtra por diversos resquicios leves de la fuente.
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San Martín.
Fuente pública. Detalle de la parte superior frontal.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos en la imagen la parte superior de la fuente, con su cuerpo circular flanqueado por los dos pedestales con jarrones a modo de pebeteros vegetales y el coronamiento triangular con el año de 1913 inscrito en dos fajas en relieve sobre el soporte trapezoidal avolutado.
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San Martín.
Lavadero público. Vista desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).
El lavadero público de la población se halla ubicado al norte de la fuente y consta de una gran pila pétrea rectangular con planos superiores laterales inclinados para favorecer el restregado de las ropas de las lavanderas de antaño, y está cubierta por una construcción de piedra revocada y blanqueada, con sillares esquinales desnudos y cubrición de teja a dos vertientes sobre soporte de vigas de madera de fuerte sabor rural. Los flancos sur y este de la construcción están abiertos relacionando el interior del lavadero con el entorno próximo en un flujo visual y físico de íntima interconexión.
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San Martín.
Fuente pública situada al norte de la localidad. Vista desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).
La fuente que vemos en la imagen se halla situada en la calle que conduce a la aldaya y a la sierra de Limitaciones, construida en tiempos pasados, seguramente como necesidad perentoria para alivio de la sed de los muchos animales que otrora existieron en la población. Consta de un gran abrevadero longitudinal que cumple a la perfección las necesidades previstas de atención a numerosos animales que podían beber de forma simultánea, y de un cuerpo central que destaca en forma de pirámide y que alberga un caño del que fluye el agua saltarina. La fuente se halla protegida por un murete de mediana altura situado en el flanco norte y se halla cobijada por la gran casa horizontal del fondo y por las faldas de la aldaya y de la sierra de Limitaciones que vemos al fondo y de las que procede sin duda el hontanar del líquido y preciado elemento.
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San Martín. Caserío.
Fuente pública al norte de la localidad. Detalle del cuerpo central y del caño.
(Foto de Jesús Díaz).
Vemos la parte central triangular de la fuente desde la que brota el agua de un breve caño metálico. El vértice piramidal sobresale del murete protector posterior y el caño está colocado en el pedestal prismático rectangular que sirve de base. El agua estancada genera vida por doquier, algas, florecillas, cabezones y ranas ven su espacio propicio para nacer y desarrollarse.

NOTAS :

(1) LAPUENTE MARTINEZ, Luciano, Las Améscoas (Estudio Histórico-etnográfico), Junta del Monte de Limitaciones de las Améscoas "Aristubeltza", Pamplona, 1990, pp.419-420.

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