sábado, 11 de julio de 2009

11) Améscoa. Ecala. Arte civil.

Ecala. Casa en las afueras de la población.
Vista general desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).
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Ecala. Casa en el centro de la población.
Escudo de la fachada principal.
(Foto de Jesús Díaz).
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ECALA. ARQUITECTURA CIVIL PRIVADA, PUBLICA Y HERALDICA.
INGENIERIA CIVIL, FUENTES, LAVADERO, PUENTES.

1) ARQUITECTURA CIVIL PRIVADA, PUBLICA Y HERALDICA.

El caserío de la población de Ecala, situado sobre una colina, se desparrama de forma azarosa en torno a la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. Haremos un breve recorrido visual por la localidad que nos muestra casas del siglo XVI, barrocas y contemporáneas. Incluiremos cuatro blasones heráldicos que hemos localizado, dos medievales y dos barrocos; como es sabido los primeros generalmente son de menor tamaño y se sitúan habitualmente en la dovela clave de la portada y los barrocos son de mayor tamaño, más ampulosos y pretenciosos y lucen por lo general en posición elevada y destacada de la fachada.

Ecala. Tres casas de la población.
Vista general desde el frontón.
(Foto de Jesús Díaz).

Desde el frontón, cuya pared frontis es la fachada oeste de la casa adosada a la iglesia parroquial, vemos, si dirigimos la mirada hacia las aldayas y hacia la sierra de Limitaciones, tres casas exentas que junto a la iglesia delimitan el espacio de la plaza principal de la población. El contraste de la blancura de los muros de las edificaciones, el verde del arbolado de la aldaya y el azul límpido y cristalino del cielo es espléndido. Junto al silencio que predomina, esporádicamente acariciado por los gorjeos de los pajarillos, es un ámbito propicio para el descanso y el olvido tranquilo del ajetreo urbano.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

Una de las casas que delimitan el espacio de la plaza de la iglesia es la que observamos en la imagen. Es de planta rectangular, de tres plantas y con cubrición con teja a dos aguas. Predomina la verticalidad suavemente atemperada por las líneas horizontales de los diferentes vanos adintelados. Las florecillas que asoman por doquier y los árboles de frondosa copa dan un aspecto amable y risueño a la vista.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos otra de las casas que delimitan por el norte la plaza del frontón y de la iglesia. Muestra una planta rectangular, tres plantas y tejado a dos vertientes. Predomina la horizontalidad apenas atenuada por los balcones de traza vertical que simétricamente se disponen en la fachada. Un jardincillo frontal de verde exuberante otorga un aspecto atractivo y en contacto con la naturaleza a la vivienda.
Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos la tercera casa que delimita la plaza del frontón por el lado este. Tiene dos plantas y ático y tejado a dos vertientes. Se estructura mediante dos cuerpos prismáticos que encajan de forma vistosa en ángulo que se aprovecha para disponer una pequeña terraza en la primera planta. Se alza sobre un zócalo de piedra mostrando sus paramentos revocados y pintados. La curiosa disposición arquitectónica del edificio, las ventanas cuadrangulares, la portada de medio punto, la decoración del hastial de la fachada oeste imitando construcciones tradicionales del valle y las flores y plantas que la adornan confieren a la vivienda una visión seductora y sugerente.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la fachada oeste de la casa descrita con anterioridad. Su bello perfil recortado sobre los campos de cereales ya agostados, sobre la fronda de la aldaya y el cielo azul de nubes algodonosas alegran la mirada.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Por el flanco oeste el frontón queda delimitado mediante esta casa del siglo XVI. Exhibe una planta rectangular, dos pisos y una cubierta a dos aguas con teja. Aunque actualmente el edificio está divivido en dos viviendas diferentes, éstas parecen componer una sola unidad tectónica.

Ecala. Casa de la población.
Fachada sur. Portada.
(Foto de Jesús Díaz).

La casa anterior que acabamos de describir tiene una amplia portada de medio punto compuesta por grandes dovelas en cuña bien cortadas y encajadas en su arco y sillares pétreos en sus jambas. En la dovela clave exhibe un escudo medieval con dos lobos pasantes.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada sur. Portada. Detalle de escudo.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen el escudo de la casa anterior. Aunque en principio pudiera hacer pensar que se trata, por los dos lobos pasantes, del blasón de los Eulate (derivado del palacio armero de esta población amescoana), sin embargo el escudo no muestra el característico ribete con aspas propio de esa heráldica.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Por el lado oeste cierra el recinto de la plaza de la iglesia la casa que observamos en la imagen, de una sola planta y compuesta por dos cuerpos prismáticos horizontales que confluyen en ángulo. Se cubre con teja y se accede a ella mediante una barrera de barrotes metálicos. Sus fachadas y jardín, limitado por un seto, miran ansiosas a las pendientes arbóreas del monte de Lóquiz.
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Ecala. Casa de la población.
Vista de la fachada norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Desde el pórtico exterior de la iglesia parroquial, abierto a un pequeño pero acogedor pretil de suave césped y árboles plataneros que proporcionan sombra en los días estivales, vemos la fachada norte de la casa que cierra la plaza de la iglesia por el lado sur. Se cubre con teja a cuatro aguas y muestra un breve pórtico que protege la puerta de acceso a la vivienda. Al fondo apreciamos las cumbres de Lóquiz, que flanquean el valle amescoano por el sur, levemente azuladas por efecto de la perspectiva aérea o atmosférica, ya descubierta por el pintor renacentista Leonardo da Vinci; con la lejanía los perfiles se diluyen y distorsionan y los colores adquieren tonalidades azuladas.
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Ecala. Casas de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Subiendo a la iglesia parroquial, que vemos al fondo con su torre enhiesta rasgando el cielo, vemos dos casas adosadas. La de primer término con tejado a una sola vertiente muestra en su fachada sur varios maderos que estructuran su tectonía a la manera tradicional del valle. Adosada a ella, y orgullosa de su consistencia, vemos otra casa de volumen cúbico rotundo y tres plantas que actualmente sirve de local a la "Sociedad" comunitaria de la localidad. Un breve pórtico abierto construido sobre dos postes verticales de madera y cubierto con teja a cuatro aguas resguarda a los usuarios de las inclemencias del tiempo.
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Ecala. Calle de San Miguel.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la imagen la calle de San Miguel en perspectiva sur-norte. Las casas se disponen a ambos lados del trazado un tanto irregular y serpenteante de la calle. Al fondo cual edén paradisíaco y promesa deseada la aldaya que precede a la sierra de Limitaciones; con su verde intenso de vida natural en eclosión roba protagonismo al celoso cielo azul.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos la hermosa fachada de una de las casas de la población que con su orgullosa modestia saluda a los viandantes que levemente jadeantes suben las escaleras hacia la iglesia. En la planta-calle muestra un portalón adintelado de grandes sillares. Sobre él dos coquetos balconcillos simétricos, también adintelados y decorados con vistosa rejería vigilan atentos lo que sucede a sus pies.
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Ecala. Casa de la población.
Vista de la fachada suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto la fachada anteriormente descrita vista desde el suroeste. Al fondo otra casa de muros blanqueados recibe al paseante y en lontananza vemos en difuminación azul la sierra de limitaciones.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen otra casa de perfil anguloso y quebrado con numerosos vanos adintelados revocada y pintada con un cálido tono pastel. Un rincón de seductor encanto.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen una casa de aspecto recio y macizo, de planta rectangular y tres plantas, construida con sillarejo, mampostería y sillares mejor labrados en los esquinales y cubierta con teja. La piedra caravista confiere un aspecto más rudo y tradicional logrando una mayor integración de la construcción en el entorno rural en el que se halla levantada.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada este.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la fachada este de una gran casa, vista de abajo hacia arriba, "di sotto in su", mostrando la piedra cara vista como parece ya habitual en los acondicionamientos y arreglos actuales de las casas amescoanas. La inmensidad de sus muros parecen avasallar al espectador que la mira con contención y humildad desde su pequeñez humana. Varios vanos de forma cuadrangular rompen la uniformidad y monotonía pétrea de sus gruesas paredes.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el suroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto otra de las hermosas casas que cierra y delimita el casco urbano de Ecala por el sureste de la población. Muestra planta levemente rectangular, tres pisos, el inferior a modo de sótano contra terreno en su lado oeste, y cubrición con teja a cuatro vertientes. Sus muros están construidos con sillarejo y mampostería, exhibiendo sillares mejor labrados en los esquinales que confieren con sus perfiles rectilíneos y nítidos un aspecto robusto y contundente al edificio aunque simultáneamente coqueto y presumido. Su ligera tendencia a la horizontalidad y al volumen cúbico se dulcifica con la chimenea que se alza vanidosa sobre el tejado y con varios de los vanos rectangulares, verticales y adintelados que rasgan sus muros, con sensación ascendente. El contraste entre los muros de piedra clara caravista y las sombras que brotan de sus numerosos vanos y rejería otorga vivacidad, dinamismo y plasticidad volumétrica a la construcción. La terraza moderna situada en la planta-calle por el lado sur descansa sobre tres pilares y mira al pequeño jardincillo irregular que se extiende a sus pies, dialogando con él y con las colinas de Lóquiz, y poniendo celoso al espectador de la imagen por las tranquilas tardes estivales de tertulia amable y distendida que su visión sugiere. Si uno afina el oído hasta cree percibir el suave y lejano rumor de las aguas del Uyarra, al menos en épocas pasadas en que el agua fluía por su cauce con decisión y bravura. El altivo perfil de la casa se recorta entusiasta sobre el fondo de campos de mies ya lozanos y prontos para su cosecha, sobre las faldas boscosas de la aldaya y sobre el cielo azul que observa gozoso la hermosa vivienda.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la casa anterior desde el lado norte. Un bello jardín de exuberante frondosidad la precede ansioso por acariciar sus muros.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto la vista perspectiva de una de las calles de la población. La casa de primer término muestra cuatro pisos, está construida en terreno ascendente hacia la iglesia y dada su envergadura ha sido reforzada en su fachada este con varios contrafuertes. Sus muros pintados con suave color beige pastel son lamidos por el sol del amanecer al igual que la casa adyacente de tres plantas y muros de blancura inmaculada.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen una de las plazuelas de trazado irregular situada en la vía de salida hacia la carretera comarcal. En primer plano observamos parcialmente la fachada sur de una casa con galería acristalada. Al fondo apreciamos la grandiosidad de una gran casa de tres pisos, con muros blanqueados y dos grandes portadas abiertas en su fachada sur, una adintelada en su parte oeste y otra en su parte este que muestra un gran arco de medio punto de grandes dovelas, al modo de las casas del siglo XVI. Las ventanas distribuidas linealmente de forma regular a lo largo del muro nos enseñan los bellos sillares que las enmarcan.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la foto otro de los bellísimos rincones con que nos podemos deleitar en Ecala. Observamos varias casas de piedra dispuestas de forma un tanto anárquica y una perspectiva risueña hacia las montañas del fondo que confieren a la imagen frescura y naturalidad. Véase la casa central, sencilla, cuya fachada oeste está abierta mediante una portalón con dintel de madera, al igual que la ventana superior bajo el alero. Un muestra evidente de la belleza de la simplicidad.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen otra de las perspectivas de la población. La aparente anarquía en la distribución urbanística, la disparidad de formas y niveles, la diversidad en todos los órdenes frente a la monotonía, otorgan a la imagen una espontaneidad y naturalidad lejos de la artificiosidad monótona del linealismo urbanístico de las ciudades, opresor visualmente a pesar de su racionalidad y confort. El encanto de la sencilla escalinata de la casa de primer término cobijada en el retranqueo con respecto a la casa adyacente y la vista en fuga de las casas del fondo en su dispersión azarosa ofrecen un goce visual incuestionable.
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Ecala. Casa de la población.
Vista de la fachada norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en esta foto una de las casas de Ecala con más sabor tradicional. Se estructura mediante dos plantas y ático y muestra una portada adintelada y varios ventanas pequeñas de forma rectangular. La vertiente derecha del hastial se prolonga de forma bella y atractiva.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la imagen otro de los rincones de ensueño donde el visitante puede "perderse" en Ecala. Vemos una corta calle que intuimos se prolonga en forma de L hacia la izquierda y que nos muestra varias casas de piedra revocadas y blanqueadas. La primera de ellas situada a la derecha del espectador alardea orgullosa por su portada de dintel pétreo monolítico y por los bonitos sillares enmarcados de sus jambas al igual que ocurre en el ventanal situado sobre él, o en la ventana de la casa de la izquierda que nos embelesa, hechicera, con el intenso colorido de sus geranios rojos.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen uno de los bellos rincones del centro de la población. La casa más elevada que se yergue, a los pies de la fuente pública, sobre el caserío de su entorno, tiene tres plantas y ático visible en su fachada sur que analizamos en la imagen siguiente. Su piso intermedio se abre a una estrecha terraza longitudinal en su fachada este, cuya base muestra un breve vestíbulo de entrada a la vivienda en arco de medio punto. El macizo pedestal de la terraza sirve a su vez de zócalo-contrafuerte de la casa en forma de suave talud pues la vivienda se levanta sobre la ladera que asciende hacia la plaza de la iglesia. Las macetas dispuestas en la terraza y la parra de intenso verde que recorre la fachada dan un toque de color y vivacidad a la imagen.

Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Nuevamente observamos la casa anterior, concretamente sus fachadas sur y este. La volumetría del edificio, la vista "di sotto in su", la hermosura de las parras que abrazan sus muros y la leñera situada a sus pies ofrecen una imagen realmente hermosa.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Nuevamente nos deleitamos con otra vista de la casa que acabamos de describir. Observamos en su cara sur, perdido en la espesura de las parras, un tímido balcón, al acecho de nuestras miradas ávidas, escondiéndose discreto en el verdor que le circunda, al igual que las ventanitas que le rodean. En primer plano a la izquierda de la imagen apreciamos la cabecera de la fuente pública que se halla en el centro de la población. Al fondo, al otro lado de la calle, se levanta otra casa de piedra cara vista con sus contraventanas de madera y en lontananza las cumbre de la sierra de Limitaciones, siempre presentes y vigilantes en el entorno amescoano.
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Ecala. Casa de la población.
Detalle de ventana.
(Foto de Jesús Díaz).

Por último mostramos un encantador detalle de una de las ventanas de la casa anterior. Obsérvese la bellísima columnilla adosada a la jamba biselada de la izquierda. Se supone que a la derecha muestra otra simétricamente, aunque, discreta ha preferido ocultarla con la parra que la acompaña, para evitar que, en su contemplación, muramos por exceso de belleza.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la imagen la fachada este de una casa de planta rectangualr, de dos pisos, revocada y pintada, con portada adintelada y diversos vanos que muestran sus enmarques de sillería, también visible en los esquinales. En el Catálogo Monumental de Navarra se fecha en el siglo XVII. La vista "di sotto in su" confiere grandiosidad al edificio. Lo más destacable de él es el escudo barroco que luce en posición elevada de la fachada.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada este. Detalle de blasón en piedra.
(Foto de Jesús Díaz).

El escudo, que comentamos en la próxima imagen, está labrado y cobijado bajo el alféizar de la ventana superior que le ofrece cierta protección al menos de las aguas que se escurren de la parte superior del edificio. Está flanqueado por dos ventanas de enmarques pétreos; la situada a la derecha es de orejetas.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada este. Detalle de blasón en piedra.
(Foto de Jesús Díaz).

El escudo está enmarcado por unas molduras sinuosas de piedra y por el alféizar de la ventana superior. El escudo se exhibe sobre un querubín con las alas desplegadas y flanqueado por ristras de frutos y un yelmo como timbre. Es un escudo partido con un árbol arrancado y un animal pasante en su parte izquierda y cuartelado en su mitad derecha luciendo las tres fajas de los Baquedano y tres panelas de forma alterna. Tiene una leyenda en relieve inciso en su parte inferior que parece decir "Escudo de Miguel Cega (ma?) Yalcituri", estando las dos primeras palabras simplificadas mediante sus dos letras iniciales E y D impresas con un único símbolo compartido por ambas.
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Ecala. Casa de la población.
Vista de la fachada norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la fachada norte de una casa de dos pisos y ático, cubierta con teja a dos aguas, pero dividida al parecer a efectos de vivienda en dos mitades simétricas cuyo eje separador pasa verticalmente por el ángulo del hastial. La mitad izquierda está revocada y pintada de blanco y la parte derecha muestra su muro de piedra cara-vista, luciendo su piedra desnuda, una portada adintelada y varios vanos con contraventanas de madera.

Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen las fachadas sur y este de una casa de considerables dimensiones, consistente y bien asentada, de dos plantas y ático, con esquinales de buena sillería. Se cubre con teja a dos aguas, y sus muros se abren mediante dos portadas, una con dintel de madera y otra con dintel monolítico, y con varios vanos pequeños. Mantiene un aspecto y sabor tradicionales. Por su cara norte se adosa otra vivienda algo más elevada. Debido a su ancianidad y cabellos venerables parece ser respetada por las casas del entorno.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

La casa que vemos en la imagen se sitúa en la calle de San Miguel y se fecha en el siglo XVII. Tiene dos pisos, se cubre con teja y su fachada este que apreciamos está revocada y blanqueada mostrando grandes sillares bien cortados y escuadrados en las jambas de la portada y en las tres ventanas que abren el muro, una en la planta baja y las otras dos en la superior flanqueando un gran escudo barroco. La portada es adintelada con un bloque monolítico y se halla descentrada.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada este. Detalle de blasón y vanos.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen el escudo barroco que luce en el piso superior de la casa anterior escoltado por dos bellas ventanas de cuidada sillería y alféizares moldurados. El escudo está protegido mediante un breve dosel pétreo decorado en su frontis con un friso de arquitos de medio punto peraltados.
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Ecala. Casa de la población.
Fachada este. Detalle de blasón.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen el escudo pétreo que decora la fachada de la casa comentada anteriormente. Según el Catálogo Monumental de Navarra se trata de las armas de los ÇVAÇV entre ristras de frutos y yelmo por timbre, fechándose en la segunda mitad del siglo XVII. "Está terciado en banda engolada por cabezas de dragones con la leyenda BERDAD y lleva el escudo de Corella- águila sobre conejo-, de una parte, y mano con dedo índice señalando la leyenda, de la otra", se indica en el Catálogo.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en esta foto una casa situada a la entrada de la población, de planta rectangular, revocada y pintada de blanco mostrando marcados sillares en los esquinales de su fachada norte. tiene dos pisos y ático y se cubre con tejería.
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Ecala. Casa de la población.
Vista desde el Noroeste. Detalle ventana.
(Foto de Jesús Díaz).


Ecala. Casa de la población.
Fachada norte. Detalle de blasón.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la dovela clave del arco de medio punto que enmarca la ventana de la casa analizada anteriormente un blasón, con apariencia medieval, partido, que muestra en su mitad vertical izquierda las llaves del Sucesor de Pedro y como coronamiento una tiara papal de triple corona. En la mitad derecha parece representarse las tres fajas características de los Baquedano.
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Ecala. Calle de la población.
Vista general desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen otro de los bellos rincones de Ecala, una calle en perspectiva sur-norte, flanqueada por casas con muros de mampostería y sillarejo desnudos, atisbándose apenas al fondo la cresta de la sierra de Limitaciones y el fondo azul del cielo amescoano.
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Ecala. Casa de la población.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

Entre las viviendas modernas, de nueva construcción, donde predomina la racionalidad, el confort, la estética actualizada, y la disposición exclusivamente del espacio necesario para las personas, sin requerirse los tradicionales espacios agropecuarios de antaño para animales, como corral, pajar, almacén, etc. incorporados a la propia vivienda, observamos la casa de la imagen, de planta rectangular, dos pisos, cubrición a dos aguas, y fachada con una terraza abalaustrada cuya solera sirve simultáneamente de cubierta para el pórtico abierto sobre dos columnas que resguarda la entrada principal del edificio. La casa se abre a un jardín cercado por un muro y un seto. Dos barreras de barrotes metálicos, una para acceso de los peatones y otra para acceso del vehículo cuyo garage apreciamos en la planta baja a la derecha de la portada, según mira el espectador, cierran la entrada y reciben al visitante.
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Ecala. Casa de la población. Venta del puerto.
Vista general desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Finalmente analizamos dentro de la arquitectura doméstica de Ecala la casa situada en el puerto junto a la carretera comarcal que une las diversas poblaciones amescoanas y que las comunica con Salvatierra (Alava) por el este y con Olazagutía y Estella (Navarra) por el norte y este respectivamente. Esta vivienda es de planta rectangular, cubierta con teja a dos aguas, dos pisos, más ático y un pequeño planta sótano que da al huerto jardín del sur y muros revocados y pintados que destacan en sus esquinales sillares desnudos. Muestra un zócalo decorativo de piedra desnuda, ventanas rectangulares, algunas con rejería como también se aprecia en el balcón situado en la fachada este, y una ventanita termal en el hastial oeste. El acceso a la vivienda se realiza por una pequeña portada rectangular descentrada situada en el muro norte, precedida de una breve escalinata y cubierta con un pequeño tejadillo-pórtico abierto, a modo de tejaroz sin soportes verticales, cubierto con teja a tres aguas. Esta casa por su situación vigila celosa y siempre al acecho el acceso y la salida de la población de Ecala, siendo testigo mudo de todo lo que acontece a su alrededor. Por su ubicación solitaria únicamente puede dialogar , elevando un poco la voz, con la antigua casa próxima de Aristubeltza, lugar secular donde tuvieron lugar las reuniones y batzarres de las Juntas del Monte de Limitaciones (hoy absorbida por la fábrica de sillas de Andreu Nort) uniendo, por sentimientos y por intereses, a todos los pueblos amescoanos.

2) INGENIERIA CIVIL. FUENTES. LAVADERO. PUENTES.

Ecala. Fuente en el núcleo urbano.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

En el centro del casco urbano de Ecala se dispone la fuente pública moderna que observamos, compuesta por un cuerpo principal prismático y vertical con simple cornisa superior coronado por un breve ático semicircular rebajado. De los caños de su cara frontal brotan tres chorrillos de agua que vierten su actual escaso flujo en una pila rectangular situada a los pies, pila que a su vez regala el agua sobrante al gran abrevadero rectangular anexo situado a la derecha, en el que tradicionalmente bebían los animales que las diversas familias poseían en sus casas como elemento esencial de la economía agropecuaria característica de las Améscoas en siglos pasados hasta época relativamente reciente en que la industrialización y la emigración ha provocado el despoblamiento de las localidades de la zona. Hoy en día el leve rumor del agua que fluye sin cesar y acaricia el silencio del entorno sirve para avivar la nostalgia del paseante y arrullar su vivo deseo de espacios edénicos alejados del mundanal ruido.
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Ecala. Lavadero público.
Vista general desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

El lavadero de Ecala, situado en la periferia de la población por su lado norte, junto al camino que conduce a la ermita de Santo Tomás, está abierto y protegido mediante una cubierta moderna de vigas y tejería de una sola vertiente en declive, que apea en dos pilares por su cara sur y en muros ciegos en sus muros norte y oeste. El acceso se realiza por el lado este. Una coqueta fuentecilla de dos caños recibe al visitante en la parte izquierda. Las aguas que vierte a la pila situada en su base se escurren gozosas a dos pequeñas pilas o abrevaderos situados a la derecha a un nivel ligeramente inferior. En el interior el lavadero propiamente dicho se cobija bajo el tejado y los muros.
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Ecala. Lavadero público.
Vista general desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen, tomada de oeste a este, la gran pila-lavadero en el interior de la construcción. Al igual que el resto de lavaderos públicos conservados en las diversas poblaciones amescoanas muestra un trazado rectangular con gruesos muros pétreos cuyas caras superiores internas se disponen en bisel de forma que la inclinación permitía restregar con facilidad las ropas a las mujeres que acudían a él. Desde hace años en que la modernidad introdujo la electricidad, el agua corriente en las viviendas y las funcionales lavadoras la actividad en los lavaderos públicos carece de sentido y ha quedado obsoleta. No obstante debemos conservarlos con inmenso celo como parte de nuestro patrimonio y de nuestro pasado. Es esencial en este aspecto la concienciación, activa y dinámica, de que si dejamos perder el patrimonio histórico, cultural, etnográfico, artístico, etc. de las Améscoas, o si no recuperamos con ansia lo que todavía ofrece esa posibilidad, por ejemplo el euskera de nuestros ancestros, perderemos la memoria colectiva y lo que fuimos, perderemos lo más valioso que hay en el Valle, independientemente de quien sea el titular de todos esos bienes, trátese de un idioma, de un documento archivístico, de un arado antiguo, de un yugo, de una iglesia, de una casa tradicional o de un lavadero público. Nuestro futuro descansa en nuestro pasado y se nutre de él y de olvidarlo nos convertiremos en meros zombis de mentes desestructuradas sin arraigo firme. En cuanto al aspecto del idioma euskérico es esencial evitar a toda costa su uso político-partidista como desgraciadamente está ocurriendo; el idioma es de todos no solo de los nacionalistas y el defenderlo no implica en absoluto pertenecer a un partido de esa tendencia ni integrarse en un ente político o autonomía distinta a la navarra, ni siquiera en una Euskalherría que nunca ha existido como tal. Seamos abiertos y no de mente monolítica. La politización es el peor daño que puede infligirse a la cultura.
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Ecala. Fuente pública en el camino a la ermita de Santo Tomás.
Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

En el camino que conduce a la ermita de Santo Tomás, ya en las afueras de la población, podemos contemplar la fuente que vemos en la imagen. Probablemente de finales del siglo XIX muestra , especialmente en su cabecera, un aspecto señorial, clasicista, dentro de su discreción y humildad. Un largo abrevadero recoge las aguas que fluyen de su chorro central. Como observamos se sitúa en posición baja, a contraterreno, protegida en sus flancos oeste y norte por dos muros de manpostería que a su vez delimitan las fincas superiores. Al fondo vemos la aldaya boscosa, y la cresta pétrea de la Sierra de Limitaciones.
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Ecala. Fuente pública en el camino a la ermita de Santo Tomás.
Vista general desde el sureste. Detalle.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la foto la cabecera de la fuente anterior, de bellas proporciones y atractiva sencillez. Derrocha clasicismo por doquier. Muestra un cuerpo central a modo de frontis de templo clásico grecorromano con ático triangular decorado con una cornisa moldurada que se prolonga sobre los cuerpos rectangulares verticales que flanquean al principal. A sus pies una pila de escasa profundidad recibe el chorro de agua que por desnivelación regala graciosamente el agua al gran abrevadero rectangular.

Ecala. Puente sobre el río Uyarra.
Vista general longitudinal.
(Foto de Araceli Díaz).

Observamos en la imagen el espacio longitudinal de rodada del puente que fue construido sobre el río Uyarra en el término de Ecala durante la alcaldía de don Anselmo Díaz. Vemos la superficie horizontal de desplazamiento protegida por dos antepechos de escasa altura, todo ello envuelto por una maleza exuberante que invade el entorno.

Ecala.
Puente sobre el río Uyarra.
Detalle con apellido inciso "Díaz" .
(Foto de Araceli Díaz).

Apreciamos en la imagen el detalle de la firma del encargante de la construcción del puente, el alcalde don Anselmo Díaz, abuelo de quien esto escribe y de la autora de las fotografías, persona que probablemente intervino también en su construcción dado que dejó su firma plasmada en el mismo mediante impresión incisa.

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