sábado, 11 de julio de 2009

29) Améscoa. Artaza. Arte civil.

Artaza.
Vista general de la población desde el norte.
Al fondo el pico de San Cosme y San Damián en el monte de Lóquiz.
(Foto de Jesús Díaz).
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Artaza. Caserío.
Calle de la población en perspectiva.
(Foto de Jesús Díaz).
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Artaza. Caserío.
Detalle de un escudo de la población del siglo XVIII.
(Foto de Jesús Díaz).

ARTAZA, ARQUITECTURA CIVIL Y HERÁLDICA:
- Edificio del Concejo.
- Caserío.
- Camping.
- Piscifactoría.

ARTAZA, INGENIERIA CIVIL:
- Frontón.
- Fuentes públicas y lavadero.
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1) ARQUITECTURA CIVIL Y HERÁLDICA

En el apartado de Arquitectura civil incluiremos, además del edificio del Concejo, la arquitectura doméstica, el caserío de la población de Artaza, desparramado en torno a la iglesia de la Natividad en un entorno de naturaleza paradisíaca. La heráldica es muy limitada, pero consideraremos una hermoso escudo de la segunda mitad del siglo XVIII que luce en una de las casas más bellas y con sabor más tradicional de la población de Artaza.
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A) EDIFICIO DEL CONCEJO.
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Artaza. Caserío.
Antiguas escuelas. Edificio del Concejo. Ludoteca
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto las antiguas escuelas de Artaza. Hoy es el edificio del Concejo de Artaza y alberga además la ludoteca de la población. Se trata de una pequeña construcción de dos plantas y tejado a dos aguas que ha sido remozada recientemente para cumplir sus funciones. Los vanos muestran dinteles de madera, los muros revocados han sido pintados de color vino y las esquinas y el zócalo muestran piedra ornamental de tonalidad clara. El zócalo se compone de placas de piedra entre resaltes horizontales moldurados.

B) CASERIO.

Las casas o viviendas de la localidad, especialmente si nos referimos al núcleo urbano antiguo, se distribuyen en torno a la plaza de la iglesia a la vera de calles irregulares, que discurren en forma un tanto caótica o azarosa como sucede en la generalidad de los pequeños pueblos amescoanos, lo cual confiere a estas poblaciones un aspecto atractivo, peculiar, que rompe la monotonía urbanística racional de las grandes urbes. En los aledaños del núcleo poblacional primitivo se han llevado a cabo en los últimos años construcciones de viviendas de nueva planta, algunas de cuyas casas analizaremos con brevedad, especialmente por su atractivo estético.
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Artaza. Caserío.
Dos casas de la población vistas desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Entrando a la población desde la carretera local nos encontramos, si nos dirigimos a la plaza de la iglesia, con esta dos vistosas casas adosadas, en las que predomina la verticalidad y la apertura de numerosos vanos adintelados. La casa de la izquierda, más pequeña y tímida, parece cobijarse, a la sombra de su hermana mayor, más altanera por su altura, su volumetría y su antigua portada de piedra que le otorga una pátina añeja y venerable. Quizás en el pasado formaron un vivienda única, pues la vertiente más prolongada del tejado cubre a la casa pequeña. Ésta muestra sus muros revocados y pintados de ocre y sus esquinales y enmarques de vanos están pintados de gris simulando sillares y dovelas. La casa de la derecha, de tres pisos y ático, exhibe desnudos los sillares angulares y las potentes dovelas de la portada y muestra sus muros revocados y blanqueados.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada sur.
(Foto de Jesús Díaz).

La portada de la casa anterior tiene forma de arco de medio punto con grandes dovelas en forma de cuña y sólidos sillares en sus jambas. En la parte derecha se observan restos de pintura roja, algunos figurados, quizás grafitos de época. Cierra el vano una antigua puerta de madera de dos hojas, la izquierda, según observa el espectador fija, y la derecha partida en dos, conformando la parte superior el ventanillo que luce un sinuoso picaporte metálico. Adornan la puerta, y sujetan su entablado, varias líneas horizontales paralelas de clavos de gran cabeza en forma de rombos colocados en losange. Vemos un "eguzkilore", o flor de sol en euskera, colocado en la parte superior de la puerta de madera, como elemento apotropaico, protector frente a daños, característico del hábitat amescoano.
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Artaza. Caserío.
Rincón con casas en perspectiva.
(Foto de Jesús Díaz).

Junto a las casas anteriormente comentadas y dirigiendo la mirada hacia la aldaya y la sierra de Limitaciones nuestros ojos se pueden deleitar con elementos diversos, con la vista en perspectiva de la hilera de casas de la izquierda bañadas por el sol, en las que predomina el color blanco y el rojo de los tejados, con la infinita gama de verdes que visten el fondo de jardines, prados, campos y laderas boscosas, y con el azul, limpio y cristalino, que acaricia el entorno.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Enfilando la calle que conduce a la plaza de la iglesia y cual si se tratara de un vigía de acceso a la misma se sitúa la casa que vemos en la imagen, de planta cuadrangular, dos pisos y ático. Se cubre con tejado a cuatro vertientes. Los vanos de la fachada norte son adintelados, como vemos en primer plano de la imagen, y los situados en la fachada principal de la vivienda presentan una cabecera en forma de suave arco rebajado. En el primer piso de la fachada noble luce un sencillo balcón con rejería cuyo suelo protege la puerta de entrada al edificio. Los muros están revocados completamente sin exhibir sillares desnudos en los esquinales como suele ser habitual en la arquitectura amescoana.
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Artaza. Caserío.
Vista de la calle hacia la iglesia de la Natividad.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la calle que conduce a la plaza de la iglesia, su trazado es irregular, quebrado y las casas que la flanquean no muestran uniformidad sino volumetrías y perfiles diferentes. Al fondo percibimos la nave de la iglesia parroquial de la Natividad y la torre-campanario que sobresale sobre ella perfilando su cuerpo cúbico en el azul celeste.
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Artaza. Caserío.
Casa en la calle de acceso a la iglesia. Vista desde el noreste.
(Foto de Jesús Díaz).
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En el inicio de la calle que conduce al templo parroquial se yergue altiva y con prestancia la casa que vemos en la imagen. Se estructura en tres pisos y ático, visible en su cara norte, y se cubre con teja a dos aguas. A su lado alza su figura otra casa adosada a su muro sur. Su fachada este muestra grandes sillares bien cortados y escuadrados y una cornisa pétrea bajo el pronunciado alero. Éste se sostiene mediante maderos-ménsulas de bello tallado.
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Artaza. Caserío.
Casa en la calle de acceso a la iglesia. Vista desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

La casa considerada anteriormente muestra un aspecto añejo y tradicional en su fachada principal, fachada que mira al este. Sus esquinales y los enmarques de los vanos enseñan los sillares de piedra y el resto de muros de sillarejo se cubren parcialmente con revoque blanqueado. Es digno de mencionar el dintel de la puerta de acceso formado por dovelas en cuña. Realmente se trataría de un arco adintelado, si no es una contradicción en si misma la unión de esos dos términos, arco y dintel. Al lado observamos los potentes sillares de la distinguida casa anexa alineados de forma regular.
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Artaza. Caserío.
Casas de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

A continuación del edificio del Concejo se sitúan en hilera dos casas de fuerte sabor rural y tradicional. La primera de ellas muestra la peculiaridad de tener aparentemente en su portada principal un dintel compuesto de grandes dovelas en forma de cuña, a modo de arco adintelado o arquitrabado, pero una visión próxima nos informa que realmente se trata de un gran dintel monolítico al que se le han pintado en color blanco dovelas ficticias. Sobre este dintel se apoya otro compuesto por dos grandes sillares rectangulares laterales y un sillar central en forma de trapecio invertido sobre el que se abre una ventana superior . La casa de al lado exhibe una portada principal similar con dintel monolítico y sobre él otro dintel compuesto por dos grandes sillares laterales rectangulares y un sillar central en forma de trapecio invertido que sirve de alféizar a la ventana superior. Adosada a esta casa se levanta otra de gran tamaño, en proceso de restauración, de dos plantas y ático que podemos apreciar en la foto siguiente. La unión de ambos edificios forman un ángulo diedro que se cubre con un gran alero de madera en saledizo, sostenido , al igual que la terraza de la primera planta, por pilares de madera de sabor rústico y tradición autóctona.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Vista desde el este.
(Foto de Jesús Díaz).

La fachada de la casa que vemos se adapta ligeramente en curvatura a la calle en la que se encuentra. Exhibe sillarejo en sus muros y sillares en los esquinales. Los dinteles de los vanos son troncos de madera. Dos de la ventanas situadas en el hastial de la fachada muestran dinteles inclinados adaptándose a la vertiente en descenso del tejado. Un balconcillo con rejería otorga prestancia y elegancia a la fachada.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la foto de arriba una casa de dos plantas y ático, puerta y ventanas adinteladas, cubrición con teja a dos aguas, y un elemento característico, que apenas se conserva en el territorio amescoano, un horno de pan que habitualmente existía en las casas particulares y que progresivamente ha ido desapareciendo. Tiene contorno semicircular y muestra su cuerpo cilíndrico al exterior destacando su volumetría respecto a los muros del edificio. El hecho de que el horno sobresalga al exterior permitía liberar espacio en el interior de la vivienda y se supone que en caso de incendio el riesgo era menor, aunque probablemente al estar su cuerpo a la intemperie sería más costoso mantener el calor necesario para cocer el pan. Se conserva un horno similar cilíndrico, aunque a pie de calle y no en voladizo, y de mayor volumen, en la localidad de Baríndano. La chimenea de la casa que observamos discurre, de forma poco habitual en Améscoa, paralela al muro exterior de la vivienda lo cual previene, o al menos reduce el riesgo, de posibles incendios en el interior del edificio.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen un detalle del horno cilíndrico de la casa analizada, que exhibe al exterior su panza de cocido soportada por una estructura de maderos paralelos longitudinales que apoyan sobre otro madero colocado en diagonal en el ángulo diedro formado por los dos edificios. Unas vistosas macetas de flores de diversas tonalidades violáceas dan un toque colorista, amable y risueño, a la blanca superficie mural.
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Artaza. Caserío.
Casas de la población Vista desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la imagen una hermosa casa de dos plantas construida con sillarejo y con sillares en alguna ventana y esquinal. Actualmente está partida en dos viviendas . Es un rincón realmente privilegiado de la población, las macetas floridas que adornan el espacio, los rosales, la parra de verde reventón que se despliega por la fachada, y especialmente el inmenso fondo boscoso de encinos y vegetación diversa confieren a este ámbito, en la periferia de la población, un aspecto edénico.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población vista desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Esta imagen nos permite apreciar la uniformidad volumétrica del edificio anterior. Si en la cara sur, que muestra la piedra al desnudo, predomina la horizontalidad, en la cara este, revocada y blanqueada, predomina la verticalidad debido al barranco sobre el que se alza.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Detalle florido.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen las flores que brotan en la jardinera de la casa que estamos analizando, pétalos extendidos rosas y blancos derrochan su belleza cromática sobre lecho de verdes hojas.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Delante de la casa que analizamos vemos un jardincillo artificial, modelado por el Hombre, como antesala del inmenso jardín natural, exuberante, que se extiende ante nuestro ojos extasiados ante belleza tan deslumbrante. Dios expulsó del Paraíso a Adán y Eva después de que probaran del árbol de la Ciencia, del Conocimiento, del Bien y del Mal, pues estaba temeroso de que osaran probar también del árbol de la Inmortalidad y se convirtieran en Eternos como Él, pero, quizás arrepentido de su acción drástica e irreversible, repartió algunos trocitos del Edén por el mundo, en forma de paisajes bucólicos e idílicos, siendo uno de ellos nuestra Améscoa querida.
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Artaza. Caserío.
Casas de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen otra de las hermosas casas de Artaza, de aspecto rústico, con sus muros de sillarejo y mampostería, sus dinteles de madera, su cerco pétreo irregular coronado de jardineras con flores. La casa situada a su lado, de mayor envergadura y trazas similares, exhibe bajo la farola una bonita fuente pétrea, de aspecto clasicista, hoy al parecer inutilizada para su función.
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Artaza. Caserío.
Dos casas de la población vistas desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Sin duda la fachada que ahora vemos en la imagen superior es una de las más fascinantes e impactantes de Artaza y quizás de Améscoa. Sin demasiadas actuaciones de restauración espurias y bastardas que aveces proliferan en exceso y desvirtúan y adulteran lo realmente tradicional y autóctono, imponiendo falsas pátinas de antigüedad, nos muestra un muro frontal de sillarejo y mampostería con uniones de arena y cal, unos sillares destacados en las cadenas angulares y en algunos vanos, unos dinteles monolíticos de gran formato y un gran escudo de la segunda mitad del siglo XVIII a la altura de la planta superior, quizás desplazado de la vertical del hastial para abrir la pequeña ventana situada junto a él, de forma un tanto antiéstética. Las dos portadas adinteladas están descentradas y la situada al oeste muestra un inmenso dintel con escudo liso del siglo XVI esculpido en relieve, quizás en posición invertida. Al fondo apenas vislumbramos los campos y montes del contorno saludando gozosos al inmenso cielo azul. Las dos puertas de madera muestran su hechura tradicional amescoana, con doble hoja, una de ellas con ventanillo en la parte superior, y con clavos de gran cabeza alineados como elemento estético y como elemento funcional de ensamblaje del tablado de la puerta.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada principal. Escudo del siglo XVIII.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen el escudo que luce en la fachada sur de la casa anterior, a la altura de su planta superior. Es un escudo sobre cueros retorcidos apreciables en la parte superior y lateral. Muestra, como se indica en el Catálogo Monumental de Navarra, querubín inferior, rocalla lateral y yelmo por timbre. Su campo es semipartido y cortado y exhibe rey sedente blandiendo espada en su mano derecha, doce cañones afrontados dos a dos, y tres árboles arraigados y alineados en horizontal, el central de mayor tamaño. En Baquedano, en la actualmente conocida como casa de los Andueza, próxima a la iglesia de San Juan Bautista y al frontón Lizarrosta, luce un escudo del siglo XVII en cuyo campo se aprecian los mismo motivos aquí señalados más dos lobos pasantes y un creciente ranversado en su parte inferior. Además tiene corona por timbre, en lugar de yelmo, y dos maceros laterales y su ejecución escultórica es de mayor calidad.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada principal. Detalle del escudo.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta imagen un detalle del escudo anterior. A la izquierda, un rey que parece estar sentado viste indumentaria de amplios pliegues, manto real y corona sobre su cabeza. Con la mano derecha extendida levanta una espada de amplia empuñadura. A la derecha vemos los doce cañones afrontados. El artista ha representado los agujeros de los mismos mediante perforación visible.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada principal. Escudo. Detalle del yelmo.
(Foto de Jesús Díaz).

Obsérvese el detallismo en la representación de la cimera, de la celada y de la babera, partes esenciales del yelmo.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada principal. Escudo. Detalle de la cabeza inferior.
(Foto de Jesús Díaz).

Quizás no se trata de la representación de un querubín pues carece de alas visibles y tal vez se trate de un puti o de una cabeza-mascarón. Los elementos que a simple vista parecen alas realmente son motivos decorativos en rocalla característicos del arte rococó del siglo XVIII.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada sur. Dintel con escudo del siglo XVI.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la imagen el dintel pétreo monolítico de la puerta situada a la izquierda, según observa el espectador. Muestra en relieve positivo un escudo del siglo XVI que al parecer está invertido. Junto a él apreciamos como curiosidad moderna un escudo de madera, éste sí en posición correcta, con una placa metálica adherida que muestra en un rectángulo vertical con orejetas un óvalo central con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, flanqueado por unas espigas de trigo, y una leyenda inferior que reza "REINARE EN ESPAÑA". En los ángulos aparecen los siguientes motivos como símbolos heráldicos de España, un castillo para Castilla, un León rampante, para León, las barras características del Reino de Aragón y las cadenas representativas del Reino de Navarra. En la parte central inferior aparece representada la fruta granada, como símbolo del Reino de Granada y bajo ella la leyenda informativa, "Leyenda religiosa, Gran Vía, 16, Bilbao". En la población de Zudaire existen sobre el pórtico de la iglesia y en las fachadas de otras casas, unos óvalos metálicos de mayor tamaño con motivos similares que serían colocados probablemente durante la dictadura franquista.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Fachada este.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta imagen la fachada oriental de una de las casas de la localidad. Como podemos apreciar conserva la estructura lígnea (maderos horizontales, verticales y en diagonal) que se rellenaba con adobe, mampostería, sillarejo, etc. tomados con cal y arena. Este tipo de disposición mural otorga flexibilidad frente a posibles movimientos tectónicos del propio edificio, frente a leves movimientos sísmicos, o frente a movimientos originados por dilataciones y contracciones debidas a la variación de temperaturas.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Detalle mural de estructura de madera y de obra.
(Foto de Jesús Díaz).
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Artaza. Caserío.
Calle de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en perspectiva, en la imagen superior, una de las calles más atractivas y con más intenso sabor rural de Artaza. Angosta, pero sin que la estrechez agobie ni impida la penetración de los cálidos rayos del sol, silenciosa e intemporal, pero no por ello distante, y con un fondo espectacular, la casa con blasón que anteriormente hemos analizado y los prados verdes como antelación de la masa boscosa final que culmina en corona celeste.
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Artaza. Caserío.
Calle de la población. Detalle de una de las casas.
(Foto de Jesús Díaz).

En la calle que hemos considerado con anterioridad apreciamos una casa de dos plantas y ático, revocada y blanqueada, con buenos sillares en el esquinal que vemos más alejado, en la portada con dintel monolítico y en alguna ventana. El dintel formado por un inmenso sillar longitudinal muestra en relieve positivo un espacio rectangular para el blasón del edificio que no llegó a esculpirse, por lo que aparece liso. La portada descentrada se cierra con una puerta de madera de dos hojas característica de Améscoa, la parte izquierda de una sola pieza y la derecha de dos, constituyendo la parte superior el ventanillo, y toda ella recorrida por líneas paralelas de clavos de gran cabeza ornamental, en este caso con forma de rombo, que consolidan las sólidas tablas de roble que componen la puerta.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población. Detalle de la portada.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto superior el dintel monolítico de la portada de la casa anterior con el escudo liso, los sillares bien cortados y escuadrados de las jambas y los situados sobre el dintel que a su vez conforman el alféizar o repisa de la ventana superior, y la puerta de madera con sus clavos romboidales.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población próxima a la iglesia. Fachada norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Otra de las casas de la población que conserva sus formas originales con escasas modificaciones constructivas, es la que apreciamos en la imagen de arriba. Se compone de dos plantas y ático, ventanas adinteladas de reducido tamaño y una portada espléndida en forma de arco de medio punto con grandes dovelas en cuña y potentes sillares en sus jambas, en las cadenas angulares y en los enmarques de los vanos especialmente. Otras partes del muro exhiben sillarejo tomado con cal y arena. La casa se cubre con un tejado a una sola vertiente, que se prolonga en la casa situada a su izquierda en ligero retranqueo, predominando en el edificio la verticalidad acentuada por la escasa anchura de la fachada principal. La puerta de madera sigue el modelo tradicional amescoano de puerta de dos hojas, con ventanillo y clavos de gran cabeza decorativa.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población próxima a la iglesia. Fachada norte.
(Foto de Jesús Díaz).
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Artaza. Caserío.
Casa de la población próxima a la iglesia. Detalle de la portada.
(Foto de Jesús Díaz).

Como vemos en la imagen superior los recios sillares predominan en la zona mural que envuelve la soberbia y majestuosa portada de medio punto de la casa anterior, portada en la que pervive la impronta de señorío y linaje de la casa a pesar de la ausencia de blasón. La pátina del tiempo que impregna sus piedras le confiere aún más grandiosidad y seducción y nos remonta del ocaso actual al esplendor y florecimiento de tiempos pasados.
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Artaza. Caserío.
Dos casas de la población vistas desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

Las casas que vemos en la imagen tienen también fuerte sabor rural y tradicional con sus ventanas de tamaño diminuto y buenos sillares monolíticos, sus amplias portadas, en este caso adinteladas, y ese tejado que desciende vertiginoso deseando lamer el suelo. Como fondo el paraíso boscoso de Amescoa.
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Artaza. Caserío.
Casas de la población vistas desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto superior la casa anterior apreciando ahora también su cara este con varias ventanas adinteladas rectangulares y la cadena de sillares del esquinal. Adosada a ella, en unión angular, vemos otra casa en la que destaca su pequeña galería superior de obra y cristal y sus muros revocados y pintados de un atractivo tono amarillo pastel. Varias chimeneas modernas y una veleta de metal con los puntos cardinales y una escena cinegética, un cazador apuntando a un jabalí perseguido por un perro, confieren al edificio un hechizo particular.
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Artaza. Caserío.
Casas de la población vistas desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen superior las mismas casas anteriores conformando un rincón de belleza encantadora, máxime si consideramos su conexión con la naturaleza circundante embaucadora y fascinante.
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Artaza. Caserío.
Casas de la población vistas desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la foto un nuevo rincón de hermosura sin par. Como observamos imagen tras imagen, la excepción en Améscoa es la fealdad y los parajes prosaicos y anodinos. En el caso que analizamos dos casas de fuerte horizontalidad y vanos adintelados situadas en forma de L conforman un rincón acogedor. La casa de la derecha de tres plantas y vanos adintelados muestra en su parte inferior dos pequeños contrafuertes en rampa.
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Artaza. Caserío.
Plaza pública con fuente junto a la iglesia.
(Foto de Jesús Díaz).

La plaza que vemos en la imagen se sitúa al noreste de la iglesia. Es un espacio irregular, risueño y alegre, centro neurálgico de la población, conformado por el templo parroquial y por las casas circundantes. En su centro se yergue exenta una fuente moderna.
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Artaza. Caserío.
Plaza pública con fuente junto a la iglesia. Casas en el flanco norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la foto unas bellas casas de aspecto rústico y tradicional que se unen lateralmente en forma de L generando un espacio angular recogido y coqueto a modo de atrio o jardín del que brotan parras y rosales floridos que se desparraman y despliegan ostentosos por los añejos muros de las casas. Ambos edificios tienen tejado a una sola vertiente, aunque con inclinación opuesta, y las dos cubiertas confluyen en la línea de unión de la cúspide. Quizás en el pasado formaron una sola edificación. En el extremo este de la casa de la izquierda se levanta a pie de calle un cuerpo pétreo que exhibe un ventana aspillera, quizás vestigio de tiempos anteriores, sobre él se extiende una terraza en cuyo fondo destaca una pequeña galería cubierta con teja. Los perfiles angulosos y quebrados del conjunto tectónico confieren al mismo gracia, dinamismo y atractivo estético.
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Artaza. Caserío.
Plaza pública con fuente junto a la iglesia. Casas en el flanco norte y oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos nuevamente la casa anterior ( con su tejado ascendente que hiere el cielo) pero desde un punto de vista ligeramente distinto ya que nos permite percibir parcialmente los edificios que delimitan la plaza por su lado oeste.
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Artaza. Caserío.
Plaza pública con fuente junto a la iglesia. Casas en los flancos norte y este.
(Foto de Jesús Díaz).

La imagen de arriba nos permite visualizar las casas que flanquean la plaza de la iglesia por el lado este, teniendo como fondo la sierra de Limitaciones y el cristalino cielo azul amescoano. La fuente situada sobre un breve pedestal de escalones circulares concéntricos es el eje sobre el que gira el espacio circundante de la plaza.
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Artaza. Caserío.
Calle en perspectiva desde la plaza de la iglesia.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta foto una de las calles de acceso a la plaza situada junto a la iglesia parroquial. Su trazado es irregular y adapta su recorrido a las casas que la flanquean de manera azarosa.
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Artaza. Caserío.
Casas junto a la iglesia.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos una nueva visión de la plaza de la iglesia en escorzo y perspectiva, algo alejada ya de la fuente. El verdor de las parras y de los arbustos en plena eclosión vital contrastan con la blancura inmaculada de los muros de las casas.
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Artaza. Caserío.
Calle sinuosa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen superior una de las bellas calles de Artaza en perspectiva. Su itinerario o trayecto, al igual que tantas otras calles de la población y de las localidades de pequeña dimensión, no es rectilíneo sino que serpentea en función del posicionamiento de las casas. Es perceptible esta urbanística peculiar en las líneas que forman los tejados, no rectas, sino quebradas, unas en posición longitudinal, otras transversales, otras diagonales, pero precisamente esa mezcolanza de planos y líneas diversas es lo que otorga una aspecto sugestivo y cautivador a esta arquitectura y urbanística popular.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

En la calle que hemos considerado en la foto anterior se levanta la casa que observamos en esta imagen. Se yergue altiva, a modo de torreón medieval, con sus sólidos muros de sillar y sillarejo, sus pequeños vanos rectangulares y adintelados y sus flores y plantas que alegran la vista al paseante.

Artaza. Caserío.
Calle y casas de nueva construcción.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen y en perspectiva una calle de reciente configuración por las nuevas casas construidas en sus flancos situada en la periferia del núcleo urbano antiguo de la población, en las proximidades de la iglesia. Se trata en general de pequeñas casas de vistosos diseños modernos funcionales y confortables con cierta uniformidad arquitectónica y urbanística, con similitudes estéticas y de estructuras, disposición, distribución de espacios, garajes, jardines, y otros. Es una calle luminosa, de espacios amplios, con construcciones exentas y no adosadas ni angostas como era más habitual en épocas pasadas, una calle que transmite sosiego y quietud, en la que los niños pueden jugar con tranquilidad y las gentes en general pueden pasear con parsimonia, calma y placidez. Al fondo apreciamos el monte de Lóquiz.
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Artaza. Caserío.
Calle y casas de nueva construcción.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto de arriba la misma calle anterior vista desde el otro extremo, esto es mirando hacia la cadena montañosa de la Sierra de Limitaciones y Urbasa.

Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen una de las casas más bellas de Artaza. Situada, exenta, en las proximidades de la nueva zona de urbanización, se distingue por su verticalidad, por el color ocre tenue de sus muros, por sus contraventanas de madera, por su chimenea linterna de forma cilíndrica cubierta mediante cono que se alza vanidosa en el centro del tejado, por sus balconadas de madera en la parte posterior, por el entorno natural que la acoge; todo ello le confiere un aspecto cálido, hospitalario, placentero. Si unas casas de nueva construcción repiten un modelo determinado, como hemos comprobado en la calle anterior, otras casas se caracterizan por su unicidad, por su peculiaridad, por su singularidad y originalidad como es el caso que ahora analizamos.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la foto de arriba otra de las casas de nueva construcción de Artaza. Se compone de un cuerpo principal y de un cuerpo secundario adosado longitudinalmente a la parte derecha de la fachada de acceso. Ambos cuerpos son de planta rectangular y se cubren con tejado a dos aguas. Los muros muestran exteriormente piedra ornamental de tonos blanco y ocre que alternan en su disposición. Los vanos rectangulares tienen dinteles de madera. El edificio exhibe en la fachada este una galería abierta soportada por dos pilares de madera con zapatas que apean en pedestales pétreos troncopiramidales. En la fachada norte se dispone una escalera de acceso a la puerta principal en el ángulo de unión de los dos cuerpos del edificio. Tiene rejería metálica en el lateral izquierdo y su culminación está protegida por un tejaroz. El cuerpo secundario luce un hermoso balcón de madera bajo el que se dispone la puerta de entrada al garaje. Circunda la propiedad un murete con vallado superior de madera que se abre en dos puertas frontales, una peatonal y otra para vehículos. Entre el murete y la casa se despliega un pequeño jardín.

Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen otra casa de bello aspecto en la zona de nueva construcción. Se estructura en un cuerpo principal de planta rectangular cubierto con teja a dos aguas al que se adosa un cuerpo paralelo por su lado norte de menor altura y cubrición con tejería a una vertiente, con funciones de garaje. Por el lado sur exhibe un porche abierto sobre pilares de madera. A su alrededor se dispone una zona ajardinada y cerca la propiedad un murete perimetral sobre el que se alza una valla de madera. Al fondo las aldayas y la sierra de Limitaciones con su vegetación de color otoñal.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto superior una de las más hermosas casas de Artaza. Tiene planta rectangular, dos pisos, y tejado a dos vertientes y por su lado este tiene un almacén longitudinal parcialmente abierto. La fachada principal de la vivienda exhibe en su parte central una gran portada rectangular con pequeño tejaroz sobre el que se abre, en la planta superior, un gran ventanal acristalado con cabecera en forma de arco rebajado de ladrillo. Este ventanal y la portada principal quedan parcialmente enmarcados con piedra almohadillada ornamental. El eje vertical principal de la fachada determinado por la portada y el gran ventanal están flanqueados por cuatro ventanas de forma simétrica. Los dinteles de los ventanas son de madera y los muros están revocados y pintados con un atractivo color salmón. Una elegante chimenea geminada culmina el tejado.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la foto de arriba las dos chimeneas unidas por un puente intermedio que coronan el tejado de la casa anterior. Los dos tejadillos de cubrición de las chimeneas tienen forma de boina o txapela que terminan en un rabillo sobre trozos de cerámica polícroma "trencadis", cerámica colorista que también percibimos en un sol que adorna el cuerpo central de la chimenea. Las formas orgánicas y redondeadas de la chimenea y la aplicación de cerámica "trencadis" recuerdan a la Arquitectura modernista de finales del siglo XIX y principios del XX, y especialmente a la obra de Gaudí.
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Artaza. Caserío.
Casa de la población.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la foto superior una de las casas de Artaza situada a la entrada de la población y con la que despedimos este breve recorrido visual por la arquitectura doméstica de la población. Muestra una planta rectangular, vanos adintelados, tres pisos, cubierta con teja y piedra a la vista , sillares en las esquinas y sillarejo y mampostería en los lienzos murales. Un balconcillo con rejería en su antepecho y algunas flores y plantas adornan la sobriedad del edificio.
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C) CAMPING.
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En el inmenso encinar de Artegotxo, próximo al núcleo urbano de Artaza, en un paraje natural bucólico, idílico, se levanta el Camping privado de la población.
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Artaza.
Camping. Vista desde el Norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen la inmensa zona boscosa en la que se levanta el camping de Artaza. Apreciamos desde lejos dos de los edificios de troncos de madera y tejado rojo que componen el Camping. Un refugio ideal para desvincularse del estrés y del agobio urbano, mecerse en la tranquilidad y el silencio, saborear la Naturaleza y encontrarse con uno mismo.
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Artaza.
Camping.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto una imagen más próxima de los principales edificios del Camping, los caminos de acceso y la masa forestal virgen de fondo. Los edificios se adaptan con cierta armonía al entorno tanto en formas arquitectónicas, como en materiales constructivos, como en integración estética y visual.
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Artaza.
Camping. Punto de acceso.
(Foto de Jesús Díaz).

En las proximidades del núcleo urbano de Artaza encontramos al pie de la carretera local este punto de acceso al Camping. Apreciamos un suelo empedrado con adoquines en forma de prisma rectangular, un murete de sillarejo que delimita el camino y una gran roca sinuosa, ovoide, en la que se ha grabado en caracteres incisos, en relieve negativo, y se ha pintado de negro la leyenda ARTAZA y sobre ella un pictograma en forma de tienda, para informar que se trata del "Camping Artaza". Una tabla horizontal en forma de flecha clavada en un encino próximo muestra la palabra Camping pintada en amarillo.
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Artaza.
Camping. Casa Nr. 1 vista desde el norte.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta imagen una de las pequeñas casas del Camping a la sombra de encinos y alguna conífera. Observamos vallados de madera en el exterior, la casa se ha fabricado con troncos y tiene una planta y ático, la cubierta tiene dos vertientes con teja, el alero tiene mucho saledizo y apea en pilares lígneos exteriores, configurando unos soportales atractivos, el acceso al ático puede realizarse desde el exterior mediante una amplia escalera de madera.
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Artaza.
Camping. Casa Nr. 1 vista desde el noroeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la foto la misma casa que en la imagen anterior pero desde un punto de vista diferente. El entorno tiene una fuerte connotación bucólica y pastoril. Al fondo apenas se aprecia la mole montañosa de Lóquiz.
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Artaza.
Camping. Casa Nr. 2 vista desde el noroeste. Bar y recepción.
(Foto de Jesús Díaz).

Al igual que la casa anterior la que observamos en esta foto, que tiene las funciones de bar y recepción como se indica en un rótulo sobre madera, tiene una estructura similar de troncos, planta baja y ático, vanos adintelados, tejado a dos aguas, vallado de madera, mesas y bancos exteriores de madera para disfrute de los clientes del bar.
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Artaza.
Camping. Casa Nr. 2 vista desde el oeste. Bar y recepción.
(Foto de Jesús Díaz).

La foto que observamos arriba nos muestra nuevamente la casa Nr. 2 del camping vista desde el oeste. Las dos vertientes del tejado descienden de forma pronunciada casi deseando acariciar el suelo. Las mesas y bancos rústicos de madera se extienden ante la fachada principal del edificio rodeadas de montes y zonas ajardinadas de verde copioso y lujuriante.
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Artaza.
Camping. Casa Nr. 2. Bar y recepción. Chimeneas.
(Foto de Jesús Díaz).

Sobre el tejado de la casa que estamos analizando lucen dos bonitas chimeneas que exhiben fuste cilíndrico compuesto de trozos de teja cogidos con cemento y cubierta en forma de boina o txapela formada por una losa circular y un rabillo en forma de canto rodado troncocónico.

D) PISCIFACTORIA.
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Artaza.
Piscifactoría.
(Foto de Jesús Díaz).
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Vemos en la imagen las intalaciones de la conocida como "Piscifactoría de Zudaire", aunque realmente se halla en el término concejil de Artaza. La piscifactoría que fue gestionada hasta hace unos años por la compañía productora y exportadora de truchas "Navarra Food, SA", aprovecha las aguas del río Urederra, río que nace a poca distancia a los pies de la sierra de Urbasa. La compañia citada fue sancionada en el año 2002 por el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra por verter lodos en el río y posteriormente vendió las instalaciones que actualmente parece ser no funcionan.
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2) INGENIERIA CIVIL.

A) FRONTÓN:

Artaza.
Frontón. Fachada de juego y pavimento.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la foto la fachada de juego del frontón compuesta de hormigón pulido sobre piedra sillarejo que es visible en la cara reverso del frontón. El extenso pavimento de juego está realizado también en hormigón a modo de potente zócalo de grosor considerable como vemos en la imagen en primer término. Una simple portería pintada con trazo rojo en la pared de juego permite habilitar el frontón como campo improvisado de fútbol, de balonmano, etc. Corona el frontis un cuerpo trapezoidal central que culmina en bola pétrea.
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Artaza.
Frontón. Pared reverso vista desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en esta imagen la pared trasera del frontón compuesta por cuatro cuerpos de diferente altura y en retranqueo de sillarejo. Al fondo la sierra de Limitaciones con su verde profuso y el cielo azul nítido e impoluto.
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Artaza.
Frontón. Pared reverso vista desde el oeste.
(Foto de Jesús Díaz).
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Artaza.
Frontón. Coronamiento.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en esta imagen el coronamiento del frontón mediante una malla metálica y un cuerpo ornamental central en forma de pedestal trapezoidal y cabeza esférica que le confiere vistosidad estética.
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B) FUENTES PUBLICAS Y LAVADERO:

Artaza.
Lavadero y fuente pública. Vista general desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la foto de arriba el lavadero público de Artaza y una fuente anexa con largo abrevadero que, especialmente en tiempos pasados, permitía a los animales que acudían o regreseban de los montes satisfacer su sed de forma simultánea. El edificio tiene planta rectangular, se cubre con estructura de madera visible en el interior y dos vertientes de tejería, sus muros son de sillarejo y mampostería y muestra su cara sureste abierta permitiendo el acceso por los laterales de la misma El tejado es soportado en esta fachada mediante maderos horizontales y verticales. El lavadero propiamente dicho se sitúa en el interior del edificio en posición central protegido de los rigores e inclemencias del tiempo.
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Artaza.
Lavadero y fuente pública.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en esta imagen la cabecera de la fuente y el abrevadero longitudinal, visto en escorzo, en perspectiva acelerada, abrevadero que se adosa a un muro de mampostería de protección. Al fondo percibimos su unión con el lavadero al que nutre de agua.
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Artaza.
Lavadero y fuente pública. Detalle de la cabecera de la fuente.
(Foto de Jesús Díaz).

Como observamos en la foto superior la cabecera de la fuente se sitúa descentrada con respecto al abrevadero longitudinal. Está adosada al muro de protección y se compone de un cuerpo o pedestal prismático rectangular, colocado en posición vertical, coronado por un frontón triangular, todo ello de factura sencilla. Dos grandes caños metálicos proveen de agua al abrevadero.
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Artaza.
Lavadero y fuente pública. Vista desde el sur.
(Foto de Jesús Díaz).

La cara abierta del lavadero muestra, en su parte media, un pilar de tres maderos unidos sobre pedestal pétreo que soportan el tejado junto a otro madero vertical lateral y el propio muro de la construcción . Al fondo apreciamos, en la lejanía, la cadena montañosa de la sierra de Limitaciones y Urbasa.
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Artaza.
Lavadero y fuente pública. Vista desde el sureste.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos el lavadero desde el sureste y percibimos al fondo diversas casas del núcleo urbano de la localidad. Los rayos de sol que lamen con ansiedad los muros del lavadero lo iluminan con intensidad en su exterior pero oscurecen su interior. Ese contraste de luces otorga al edificio volumetría visual.
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Artaza.
Lavadero y fuente pública. Cara este del lavadero.
(Foto de Jesús Díaz).

El lavadero muestra su cara este ciega, salvo en su conexión con el abrevadero de la fuente, lugar en el que un orificio permite la entrada de agua a la pila del interior y al propio lavadero.
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Artaza.
Lavadero. Interior.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la foto superior el interior del lavadero, visualizando la gran pila rectangular de lavado cuyas rampas superiores en declive, en rampa, facilitaban la tarea de restregado y aclarado de las prendas que se lavaban. Desde el punto de vista interior en que se ha tomado la foto vemos una de las casas de la periferia de Artaza y la pródiga naturaleza del entorno. En la quietud de la superficie del agua del lavadero se refleja el cielo azul amescoano y la propia estructura interior del edificio en imagen especular.
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Artaza.
Lavadero. Vista interior.
(Foto de Jesús Díaz).

Apreciamos en la imagen de arriba una vista nítida del interior del lavadero. Vemos la rústica y hermosa estructura de madera que soporta el tejado, las paredes de sillarejo y mampostería y la propia pila de lavado de planta rectangular. Unas estrías paralelas conferían a algunas partes de los planos inclinados de lavado una textura rugosa que impedían que las prendas se escurrieran con facilidad al interior del la pila.
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Artaza.
Lavadero. Detalle del interior.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen superior algunos detalles interesantes del interior del lavadero. En el ángulo derecho de la foto vemos el canalillo que sobre murete diagonal desliza el agua desde el abrevadero exterior al pilón de lavado interior y a una pequeña pila adosada al muro, hoy sin agua, que tiene su propio plano inclinado de lavado en voladizo. Un murete de media altura de mampostería adosado a las paredes interiores permitía colocar los diversos objetos necesarios para el lavado, cubos, baldes, jabón, cepillos, etc. Vemos también con claridad las estrías o ranuras paralelas practicadas en los planos inclinados del pilón y cuya textura rugosa impedía que las ropas y los útiles de lavado resbalaran hasta el agua.
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Artaza.
Fuente de la plaza junto a la iglesia.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen superior la fuente que se levanta en el centro de la plaza de la iglesia. Se sitúa sobre un zócalo escalonado circular y se compone de tres cuerpos pétreos superpuestos. El primer cuerpo es prismático vertical, de sección rectangular, a modo de pedestal, y en su lateral este tiene adosada una pileta semicircular sobre pie cilíndrico. El segundo cuerpo es de estructura similar pero más alargado y en su lateral este luce el escudo de Améscoa Baja con una paloma que lleva en su pico una rama de olivo y bajo ella sobresale el caño de la fuente que derrama el agua sobre la pileta. El último cuerpo es de coronamiento y se compone a su vez de dos pequeñas piezas prismáticas rectangulares y horizontales superpuestas que culminan en dos cilindros superpuestos, concéntricos, de bella estética. El último cilindro muestra forma ovalada en su cumbre.
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Artaza.
Fuente de la plaza junto a la iglesia. Detalle del escudo de Améscoa Baja.
(Foto de Jesús Díaz).

Observamos en la imagen el escudo de Améscoa Baja, una paloma con rama de olivo en su pico, que luce en el cuerpo central de la fuente pública. La paloma del campo del escudo está pintada de blanco, contrastando con el fondo ocre de la piedra.
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Artaza.
Fuente adosada a una casa.
(Foto de Jesús Díaz).

Vemos en la imagen de arriba una fuente, hoy sin su funcionalidad original, que está situada adosada al muro ciego de una de las casas de la población, de forma descentrada.
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Artaza.
Fuente adosada a una casa. Detalle.
(Foto de Jesús Díaz).

La fuente que observamos en la foto de arriba se estructura también en tres cuerpos superpuestos a modo de templete clásico de fuerte verticalidad. El cuerpo bajo es prismático de sección rectangular y a él se adosa la pila cubica, que descansa en el suelo y cuya función era recibir el agua. El segundo cuerpo es también prismático de sección rectangular pero de mayor longitud y verticalidad, en él lucía el caño que vertía el agua, hoy cortado. El cuerpo superior es un frontón triangular bellamente moldurado que otorga al conjunto un fuerte sabor clasicista.

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